Movimiento Regeneración Nacional (Morena), obtuvo su registro como partido político el pasado 10 de julio, sin embargo, el hecho de transitar de movimiento social a organización política implica varios retos, uno de ellos, a decir del académico e investigador Héctor Díaz Polanco, el lograr concluir esa transformación, sin caer en vicios.
En entrevista hace unos días, con Buzón Ciudadano, Díaz Polanco consideró que el registro como partido político no significa el punto de llegada para Morena, sino un punto de partida.
“La primera dificultad o reto [De Morena] es su paso de movimiento social a partido político, como sabemos, al interior de Morena durante meses hace alrededor de año, año y medio, se realizaron grandes debates internos para decidir si Morena daba el paso hacia partido político o su permanencia en su condición de movimiento social”, señala Díaz Polanco, sin embargo, a decir del mismo la respuesta fue “abrumadora”, el 85 % de sus miembros optó por el partido político.
Sin embargo, los debates al interior tuvieron que desarrollarse entre argumentos a favor o en contra, pues quienes se negaban a conformar un partido político, apostaban a que cuando una organización pasa a ser partido político pasa a un nuevo ámbito determinado por lo que Díaz Polanco denomina el “gran partido político”.
Para el antropólogo, el gran partido político hace referencia a “al sistema de hegemonía, de control, de dominación que ejerce -sobre todo utilizando el aparato del Estado-, un conjunto de fuerzas políticas que no se expresan como partidos políticos particulares, no es ni siquiera la sumatoria en el caso de México, del PRI y el PAN y otros pequeños partidos políticos de la misma línea ideológica, sino son las piezas de conjunción expresadas en el Estado y este gran partido político que hasta cierto punto expresa los partidos políticos hegemónicos de la sociedad. Es el ámbito, la esfera en la que se establecen las grandes reglas para poder desenvolverse como partido político en la sociedad.”
El reto, señala Díaz Polanco, es cuando Morena quiere hacer diferencia, desarrollar una práctica política diferente tiene que ir en contra de la homogeneización que busca lograr el Gran Partido Político en la sociedad, no obstante Morena se encuentra con la necesidad de evitar esta homogeneización
Morena se intenta colocar en el lado izquierdo de ese espectro, señala Díaz Polanco, corriendo el riesgo de que comience a operar como un partido político más “difuminándose la diferencia” con los otros.
El reto de Morena es entonces, enarbolar las nuevas prácticas institucionales, entre ellas, la establecida en el artículo 13 de sus estatutos referente a que un aspirante a legislador por la vía plurinominal no se podrá postular de manera consecutiva de la misma manera a otro cargo, que en su momento fue considerada anticonstitucional por los consejeros del Instituto Nacional Electoral.
Morena, enfatiza Díaz Polanco, debe mantener su afán por diferenciarse de los demás partidos políticos en sus prácticas desde lo interno, es decir, en su horizonte ético político bajo un esquema de cero impunidad demostrando que en la práctica concreta, la vocación ética se garantice plenamente..
“Hacer que lo que contienen los documentos básicos, particularmente los principios y el estatuto de Morena en relación con lo ético político se respete de manera estricta. Lo que implica concretamente que no se permitan violación a los estatutos que puedan quedar impunes, es decir, política de cero impunidad en el marco de Morena”.
Si este reto se logra, Morena tendrá éxito, asegura Díaz Polanco, pero de lo contrario, podría caer en una situación de igualamiento, de pérdida de identidad que la conduciría a un rumbo no deseado y como una opción más entre partidos políticos homogéneos.
Por Alina Rosas Duarte
revoluciontrespuntocero.com
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