Hablar de Morena es amplio, pues Morena mismo es muy amplio. No les conozco a todos como quisiera, ni me conocen todos como debieran. Caminamos ya bajo una camiseta de movimiento político-social y también de partido político. Lo primero no ha causado tanto revuelo. Lo segundo ha levantado incluso hasta ámpulas y me gustaría hablar de que también ha levantado crítica constructiva, pero no puedo, porque no ha sido así.
La línea entre la crítica que construye y el veneno que destruye es muy delgada y en varios sentidos ha comenzado a ser rebasada. Desde comentarios generalizadores y absolutistas (en los cuales hasta después de varios intercambios terminan aclarándonos -¡por fin!- que no se refieren a todo Morena), hasta expresiones llenas de arrogancia y soberbia en donde, a menos de un mes de que Morena ya es oficialmente un partido político, ya le piden cuentas como si con ello estuvieran juntando tantos y tantos años de no haber exigido como ciudadanos lo que debímos haber exigido y ya se refieren a los militantes (en términos absolutistas y generalizadores también) como “parásitos” y “mantenidos”, vale la pena hacer un llamado a todos los integrantes de Morena a estar atentos y, sobre todo, siendo que muchos son compañeros que han caminado con nosotros y cuyo trabajo y trayectoria es reconocido porque ellos mismos se lo han ganado en lo que se llama ‘el trabajo hormiga’, cerrar filas, pues desafortunadamente en ese furor ciudadano de ‘ahora-sí-te-exijo-y-te-audito’ que es muy válido, pero mucho de ese exigir se ha soltado con mucha desinformación porque así como exigen no han tenido la delicadeza de acercarse directamente a los comités territoriales a informarse más, también me he dado cuenta de que hay ataques incluso movidos por sentimientos muy bajos de rencor, de venganza y aunque suene absurdo: hasta de envidia.
Les pido de antemano a mis compañeros de Morena una disculpa, pues quizá me adelante un tanto, pero lo considero necesario. Si cometo algún tipo de violación primero y antes que nada ante ustedes como militantes, sé que existe una Comisión de Honor y Justicia y a ello me apego. No es secreto que vienen ya candidaturas y emanarán de Morena. No es secreto que varias de ellas, por lógica, emergerán de las bases. Hoy jugamos con la ironía de que lo que antaño hubiéramos deseado tantos (que surgieran candidatos a cargos de representación desde la ciudadanía) hoy ni eso parece llenar a los “revolucionarios” desesperados e impacientes, exigentes de lo que ni ellos mismos son capaces de rebasar, ya que tanta prisa tienen, ya que tanta perfección exigen, por ello reitero en el llamado a estar atentos y a cerrar filas en torno a esos compañeros.
Ojo: no me ciego, nunca me he cegado. He sido de las activistas más auto-críticas dentro del Movimiento y sé que Morena no es la perfección andando. A diferencia de quienes parecieran así exigirlo, soy consciente de que Morena como partido político no nace pura, ni impoluta. No soy absurda. Nada en este México que ha sufrido décadas y décadas de corrupción e impunidad puede vanagloriarse de purismo. Es estúpido. En ese mismo tener mis pies en la tierra, sé que no todos los militantes en Morena son la congruencia y la honradez personificadas. En ese mismo tener mis pies en la tierra sé que Morena, representando una opción viable (aunque no les guste) y que puede conglomerar masa social más informada, politizada, solidaria y consciente (pues no ha dejado de hacer ese trabajo en su faceta como movimiento), es susceptible de ser infiltrada… y lo está batallando. Los jueces ya instalados en el púlpito de los iluminados y prístinos por supuesto que ya nos señalan eso, pero curiosamente no se han acercado a preguntarnos cómo la hemos estado librando durante todo el proceso de conformación de comités territoriales. Yo me pregunto si ser los más fregones del territorio mexicano los exime de esas muestras de humanismo y los dota de ese poder de jueces, ya que de izquierda se dicen, incluso más que nosotros, los que nos llamamos Morenos.
A continuación comparto las siguientes líneas que son el sentir de una compañera de Morena que ya ha comenzado a sentir el golpeteo, una compañera que ha trabajado y ha hecho ese trabajo hormiga que no cualquiera hace y, por supuesto, es una compañera que puede emerger, si las condiciones así lo permiten, como posible candidata en Morena ya como partido político. Por favor: sirva esto a todos mis compañeros que eventualmente vayan asumiendo la responsabilidad (reitero en esto: la responsabilidad) de ostentar este tipo de papeles importantísimos para la vida político-social de nuestro México y que nos sirva a todos en Morena. Estas líneas las escribo a manera de un llamado, pues aún no ostentando un posible cargo, una posible candidatura, nuestra responsabilidad como integrantes de Morena no es menos…
Yo comencé a participar en las redes, aquí conocí a excelentes personas, mucho corazón y mucha inteligencia. Una combinación que hace falta en este México tan lastimado. Comenzamos a organizarnos, nos dimos reconocimiento al trabajo que cada uno hacía por separado e hicimos difusión, logramos mucho y establecimos lazos afectivos en algunos casos.
Todos nos hemos sentido mal en momentos y aún así seguimos, no han podido detenernos, no importa que sean acciones individuales o en equipo, todos hemos seguido. Vimos la importancia de salir de las redes y participar en la calle, a ras de suelo, en contacto con la gente que no tiene acceso a la información que nosotros si tenemos.
¿Debo sentirme mal porque yo participo en MORENA?, ¿alguien me ayudo a hacer talleres de formación política?, ¿alguien me llevó o prestó su carro para trasladarme?, ¿alguien hizo mi trabajo para que yo pudiera participar?, ¿el tiempo de conocerme no ha sido suficiente para formarse una opinión de mí?, ¿alguna vez los incomodé con mis opiniones?… Pregunto esto porque hoy yo me siento defraudada, hoy siento vergüenza de mis compañeros de convicción.
Hanna Arendt, al hablar de la vanalidad del mal, vió que el verdadero problema, el más grave, fue aceptar una normalidad sin cuestionar el fondo ético, la obediencia sin cuestionar forma y fondo. Fue lo normal durante el Holocausto, ahí estaba lo perverso, en la falta de cuestionamiento y volver la mirada a otra parte. Hoy así los veo. Ustedes ven sin cuestionar, prefieren volver la mirada a otro lado aunque haya fuego amigo apuntando sobre mí. No me importa lo que digan “amigas” en común, me importa lo que ustedes no hacen, eso sí que duele y mucho porque ninguno piensa que un inbox es un acto de confianza y tal parece que esperan ver ese espectáculo tal como los israelíes sentados en sus sillas ven el bombardeo en Gaza.
Lamentable, muy lamentable que estando enterados de esta situación, ninguno se acercó a mi para preguntar cual es mi versión o cómo me siento. Bueno, pues solo les digo que yo voy a seguir y tendrán que conformarse con un monólogo de vituperios por que yo no voy a participar, no haré del muro de nadie un escenario vulgar y falso. Esa no es mi naturaleza y ya estoy grande para cambiar la escencia. Les tomé mucho afecto pero ahora la vergüenza que me dan es mas grande, es un aprendizaje muy valioso el que me llevo, las injusticias tienen jerarquía.
S. C. H.
Y como ella, afortunadamente, sí hay muchos compañeros dentro de Morena. Ojalá pudiera decir que todos, pero ya el tiempo y nosotros mismos nos encargaremos de ir puntualizando y señalando a los oportunistas, o a los que todavía no entiendan a fondo el porqué de Morena y porqué muchos decidimos este camino, un camino que para muchos no fue sencillo de decidir dadas las condiciones de la política actual mexicana.
Me precio de que en Morena, siendo que muchos traemos ya una trayectoria previa como movimiento, sabemos conglomerar y tender puentes con otras luchas. Otros, en cambio, mientras más radicales (¿o mientras más “perfectos”?), se aislan, no se conglomeran. ¿Les costará entender a ellos incluso que las luchas se pueden complementar en momentos clave? Ojalá la víscera no los ciegue y les permita ver esa parte y si no, ni hablar. Morena no dejará de hacer lo que tiene que hacer y, como lo he hecho saber en diversas ocasiones, ya que tanta prisa tienen, ya que tan perfectos son, deseo de corazón que pronto nos vayan rebasando. Me quitaré el sombrero ante su capacidad de conglomerar y convencer de manera significativa.
Mineko Kia
radioamlo.org.
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