Unos investigadores de la Universidad Simon Fraser de Vancouver, Canadá, han advertido de que no se está considerando ni luchando contra el desarrollo del impacto acumulativo del gas de esquisto.
En un estudio publicado hoy en "Frontiers in Ecology and the Environment" Viorel Popescu, investigador del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Simon Fraser, indicó: «Piensen en el paisaje y sus habitantes como un lienzo. Al principio, las primeras plataformas de pozos, carreteras y tuberías de las explotaciones de esquisto parecen pequeños agujeros y cortes. Pero si observamos el paisaje mucho más desarrollado a lo largo de la carretera, veremos más cortes y agujeros que habitantes naturales. Los bosques y las praderas son ahora islas fragmentadas por una densa red de carreteras, tuberías y plataformas de pozos».
El informe también indica que la prevención de la contaminación química también debería ser una prioridad. Según el estudio, las operaciones de perforación de gas de esquisto se han incrementado en más de un 700 % en los últimos siete años, pero carecemos de cifras exactas sobre las sustancias químicas empleadas en la fracturación y sobre las fugas y la eliminación de aguas residuales.
Los investigadores revisaron las declaraciones de divulgación de 150 pozos de gas de esquisto en tres de los Estados que se encuentran a la cabeza de la producción en Estados Unidos y descubrieron que dos de cada tres pozos se fracturaban con al menos una sustancia química no revelada y que algunos empleaban más de 20 sustancias no reveladas.
Maureen Ryan, bióloga e investigadora asociada de la Universidad Simon Fraser, afirmó que «las antiguas lecciones de la extracción de recursos a gran escala nos ha enseñado que el desarrollo que supera nuestra comprensión puede acarrear terribles consecuencias sin intención. Es nuestra responsabilidad mirar hacia adelante y evaluar holísticamente el impacto ecológico».
Traducción del artículo "Canadian scientists warn against shale gas" publicado en Mechanical Engineers el 1 de agosto de 2014
Traducción realizada por Cristina López, miembro de Traductoras/es en Acción, la red de traductoras e intérpretes voluntari@s de Ecologistas en Acción
El informe también indica que la prevención de la contaminación química también debería ser una prioridad. Según el estudio, las operaciones de perforación de gas de esquisto se han incrementado en más de un 700 % en los últimos siete años, pero carecemos de cifras exactas sobre las sustancias químicas empleadas en la fracturación y sobre las fugas y la eliminación de aguas residuales.
Los investigadores revisaron las declaraciones de divulgación de 150 pozos de gas de esquisto en tres de los Estados que se encuentran a la cabeza de la producción en Estados Unidos y descubrieron que dos de cada tres pozos se fracturaban con al menos una sustancia química no revelada y que algunos empleaban más de 20 sustancias no reveladas.
Maureen Ryan, bióloga e investigadora asociada de la Universidad Simon Fraser, afirmó que «las antiguas lecciones de la extracción de recursos a gran escala nos ha enseñado que el desarrollo que supera nuestra comprensión puede acarrear terribles consecuencias sin intención. Es nuestra responsabilidad mirar hacia adelante y evaluar holísticamente el impacto ecológico».
Traducción del artículo "Canadian scientists warn against shale gas" publicado en Mechanical Engineers el 1 de agosto de 2014
Traducción realizada por Cristina López, miembro de Traductoras/es en Acción, la red de traductoras e intérpretes voluntari@s de Ecologistas en Acción
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