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domingo, 4 de mayo de 2014

La censura al internet es el petate del muerto





La amenaza de censurar internet es el petate del muerto. Esto está causando el suficiente ruido para que cuando los legisladores, tan magnánimos que son ellos, digan que nos harán el grandísimo favor de no censurar internet la furia en las redes se calme y con toda tranquilidad nos receten la Ley Televisa segunda edición, corregida y aumentada.

Es entendible que Peña Nieto se sienta obligado con la televisora que le dio esposa y Presidencia, y es muy comprensible que las leyes secundarias de la nueva Ley de comunicaciones se hayan hecho para favorecer a esta empresa de manera espléndida. Solamente falta incluir un apartado en el que se obligue a los mexicanos a tatuarse su logo.

Pero con toda humildad yo le pediría al Señor Peña Nieto que se vaya a mostrar su agradecimiento de otra manera, y no con los bienes de la nación (el espectro radioeléctrico), ni con los mexicanos.

Presidencia, y legisladores al servicio de Televisa, saben que la iniciativa no será aprobada tal cual, así que buscaron introducir algo que estuvieran dispuestos a ceder a la oposición. Es una estrategia similar a la amenaza de cobro de impuestos a la educación, que introdujeron en la mal llamada reforma fiscal, que hizo mucho ruido y que sacrificaron para poder imponernos la basura de ley fiscal actual.

Claro que me pone a temblar el absurdo de que “por seguridad nacional” quieran tirar el internet cuando les pegue la gana, pero ya empezaron a recular en este sentido, mientras que no hay ninguna señal de que echen marcha atrás al regalote a Televisa que trae la propuesta.

La estrategia es burda y descarada al grado de darnos trato de idiotas, pero lo más triste de todo esto es que tragaremos el anzuelo. Nos sentiremos aliviados de que no violen nuestros derechos humanos digitales y poco nos importará seguir enriqueciendo a Televisa con la promoción de la estupidez.

Nuestros políticos son perros falderos que brincan graciosamente para agradar a sus amos, mientras desprecian a quienes somos sus verdaderos patrones que pagamos sus altos sueldos. Su cinismo no tiene límites y es por eso que vemos tanto servilismo para con Televisa.

Hace tiempo un alto directivo de una empresa Telecom me contó como convenció a su director general para mantener a sueldo, mediante pagos periódicos como asesor, al entonces expresidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Javier Lozano.

“Es muy ambicioso políticamente y es seguro que seguirá escalando, por lo que vale la pena tenerle una vela encendida”, le dijo a su jefe y, según me contó, éste aceptó pagar.

Ahora Javier Lozano, este político salinista que se convirtió al foxismo y que ahora es sirviente de Televisa, está impulsando las leyes secundarias que Peña Nieto hizo a modo para las televisoras, mientras que a muy pocos les importa que el personaje sea parte interesada y que en los últimos años haya hecho jugosos cobros, por “asesoría”, a empresas de telecomunicaciones.

Otro de los impulsores de la Ley Televisa, segunda edición, es el líder de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien, por el momento, está concentrado en acosar a una columnista que recordó como en el pasado se le relacionó con el narco.

Denise Dreseer no mintió, sólo citó un artículo de un periódico estadounidense escrito por un premio Pulitzer.

Otro adalid de las leyes a favor de Televisa es el líder de los Senadores priistas, Emilio Gamboa Patrón, de quien existen grabaciones en las que se pone al servicio de un obscuro empresario, Kamel Nacif, defensor de un probado pederasta llamado Jean Succar Kuri

“Entonces lo que tu digas Cabrón, por allí vamos cabrón”, le dice en la grabación Gamboa al empresario para reiterarle su servilismo.

De ese tamaño es el descaro, sin embargo muy pocos conocen la magnitud del daño que harán las leyes secundarias que Peña envió a los legisladores y que Lozano, Beltrones y Gamboa están listos a aprobar.

Las leyes se traducen en el acaparamiento de Televisa de recursos de la nación, como lo es el espectro radioeléctrico­; la imposibilidad de sancionarle por ser dominante y de que otra televisora le compita; así como el menoscabo de la televisión pública.

Sería genial que, ya que han traído el tema ellos mismos a la mesa, presionemos para que se de una regulación real a empresas tan poderosas como Televisa y Televisión Azteca.

Es hora de que las redes sociales inunden el internet sobre información que muestre la manera en la que se busca beneficiar a Televisa.

No debemos dejar de mostrar nuestra inconformidad porque intenten censurar internet, pero si atribuimos esto a su verdadero creador, que se llama Televisa, nos mantendremos en alerta en las verdaderas intenciones de esta propuesta que es el beneficio de las televisoras a costa de la promoción de más idiotez y de la limitación en oportunidad de mayor conectividad para México.

Por:@Peperesortera

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