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jueves, 10 de abril de 2014

Permacultura y educación, una conexión necesaria







Eduard, activista de reevo, estuvo viajando por el sur de chile en busca de experiencias educativas que surgen de paradigmas de vida alternativos. En particular ha encontrado una serie de experiencias emergentes que surgen de comunidades y grupos que practican las diversas e interesantes propuestas de la permacultura.

En mi viaje por el sur de Chile tuve ocasión de conocer de cerca algunos proyectos educativos que, o bien se están gestando, o bien afrontan ya los primeros pasos de su recorrido. Lo hacen con grandes dosis de ilusión y de entusiasmo. En este espacio trataré de poner en diálogo las iniciativas de La Minga Alegre, en Coyhaique; Escuela Newen, en Castro (isla de Chiloé) y el Colegio Aldea el Bosque, cerca de Reñaca.

El objetivo de la crónica no es describirlos uno a uno con detalle, pues esta función ya la cumplen los reportes en el mapa colectivo de Reevo. La intención de este texto es, principalmente, destacar un elemento compartido entre dichas experiencias, un denominador común que, desde mi punto de vista, sostiene buena parte de su planteamiento teórico y práctico: la permacultura.

Empecemos por lo más básico: ¿qué es la permacultura? En los años 70, dos ecologistas australianos, Bill Mollison y David Holmgren, en respuesta al creciente uso de los métodos agroindustriales, postularon una serie de planteamientos para desarrollar sistemas agrícolas estables. Poco a poco, su aportación inicial se fue complementando y mejorando, llegándose a plantear una idea mucho más amplia y ambiciosa de la permacultura. Hoy día la entendemos como un sistema de diseño holístico para crear hábitats humanos sostenibles. Un instrumento excelente en manos de las comunidades en transición para afrontar ciertos aspectos de la crisis global que padecemos, para el conocimiento personal y también grupal, aplicable a todos los ámbitos de la vida.

La permacultura se preocupa de un sinfín de cosas: la producción de alimentos, la autosuficiencia económica y energética, la bioconstrucción, el diseño del paisaje, la resiliencia de los ecosistemas y de la biodiversidad, las energías renovables, la creación de estructuras que representen una alternativa al sistema capitalista y sus problemáticas, etc.

En el país de Gabriela Mistral y de Pablo Neruda podemos encontrar, por ejemplo, la Red de Ecoaldeas Eco Chile, integrada por más de diez emprendimientos biorregionales participantes, todos ellos vinculados al desarrollo de la permacultura y con una importante vocación educativa bajo el amparo de este nuevo paradigma. Fuera de la red, hay muchísimas otras propuestas de gente que simpatiza con esta lectura de la realidad y que comparte las mismas ansias de cambio. En la escuela de permacultura El Manzano (región del Bíobío) y también en la ciudad argentina de El Bolsón (provincia de Río Negro), cerca de la frontera chilena, ya se están ofertando talleres específicos para profesores o de cómo plantear la permacultura a l@s niñ@s.

LA MINGA ALEGRE
Mantengámonos en Chile y en las latitudes patagónicas. Algo apartados del centro de Coyhaique, capital de la región de Aysén, al pie del cerro Mackay, visité a la gente de La Minga Alegre. La minga (minka en quechua) es una antigua tradición de trabajo comunitario con fines de utilidad social; ante la convocatoria de los líderes, parte de la población acudía al llamado, se movilizaba y se organizaba de tal manera que tanto la misión como el esfuerzo físico que la minga representaba se convertían, al final, en una auténtica fiesta.

Pasé allí un par de días, compartiendo techo y paredes de paja con barro, comida excelente, música y, ante todo, largas horas de charla. El lugar, con unas vistas privilegiadas, pretende ser un espacio de experimentación, de aprendizaje compartido. Además, entre los integrantes de esta comunidad había una apuesta importante hacia la educación como pilar de su proyecto, aunque justo se estaban asentando las primeras piedras y fijando la dirección a tomar a través de interesantes debates epistemológicos y filosóficos. Hasta el momento han organizado, básicamente, talleres relativos a cómo llevar una huerta, sobre energías renovables, interpretación, clown o títeres, pero también convocan puntualmente algunas mingas para avanzar en la bioconstrucción de sus espacios comunitarios.

Percibí en aquél grupo de gente amable un deseo de abrirse a todas las edades y todos los públicos, especialmente a los más jóvenes. Recuerdo a Álex comentándome la importancia de priorizar ante l@s niñ@s aquellos conocimientos verdaderamente imprescindibles para poder cubrir las necesidades básicas de la vida (alimentación, ropa, vivienda…), así como de trabajar las diferentes disciplinas del conocimiento -todas conectadas entre sí- desde la chacra, la cocina, conociendo e interpretando el entorno, en contacto permanente con la naturaleza. Qué bonito –¡y qué útil!- sería acumular, a temprana edad, la sabiduría necesaria para levantar una zona habitable íntima y personal con las propias manos. Allí, en aquél entorno excepcional, encontré un colectivo humano reflexionando alrededor de una educación estrechamente ligada a la idea que nos sugiere la permacultura. El tiempo dirá en qué se concreta, qué forma toma y que rumbo elije.

LA ESCUELA NEWEN



Un poco más al norte, en la región de Los Lagos, exactamente en la parte central de la isla de Chiloé, contacté a Venecia. Hospedado en su morada, apodada Refugio Mawenko, pude conocer el interesante trabajo empezado por seis familias desde hace meses, fundadoras de un proyecto que ya tiene nombre y forma: la Escuela Newen. Inspirada en la pedagogía Waldorf, empezó a funcionar a pleno rendimiento este mes de marzo, a las afueras de Castro, en el barrio Nercón. El sitio donde ahora se ubica es provisional; hay un acuerdo con la organización estadounidense EARTHSHIP para, a partir de enero del año 2015, levantar en otra zona el edificio definitivo. Todo a base de materiales reciclados y desechables.

Tratándose de una iniciativa a disposición de quién quiera participar de ella, entre l@s dieciséis alumn@s actuales podemos diferenciar los que llegaron a Escuela Newen en busca de una mayor socialización después de una etapa de homeschooling y los que, decepcionados, optaron por salirse del sistema formal de educación.

El planteamiento educativo que est@s niñ@s se encontrarán bebe principalmente de la antroposofía, pero también de la pedagogía del bienestar, de la matrística de Humberto Maturana y de otras corrientes. En esta combinación de tradición y modernidad, de vivenciar los aprendizajes, de utilizar el arte como herramienta para potenciar tanto la motricidad como la creación y la sensibilidad, la permacultura no queda al margen. Pensándolo bien, en un entorno tan particular como es el paraíso chilota, recuperar nuestra raíz en la naturaleza y sus ciclos parece casi una obligación…

COLEGIO ALDEA EL BOSQUE

Subiendo hasta la quinta región, entre Reñaca y Concón, me encontré con Mariángeles para llegar hasta la comunidad Blowing in the Wind, donde varias personas están dando alas al Colegio Aldea El Bosque. Al igual que la experiencia anterior, se basa en los planteamientos educativos de Rudolf Steiner, pero manteniendo una actitud abierta, ecléctica, ante las aportaciones de otras pedagogias. Por otro lado, también conserva contacto con escuelas Waldorf y recibe asesoramiento, por ejemplo, del Colegio San Francisco de Limache.

Aunque ha pasado por diferentes marchas blancas (es decir, períodos de prueba) podríamos considerar que éste será su tercer curso de vida, contando con 11 alumn@s en la mañana y 5 en horario de tarde. Respecto al año anterior ha tenido un crecimiento destacable y esto se debe, en parte, a la mayor apertura del proyecto para que puedan participar de él niñ@s extern@s a la comunidad. A parte del compromiso de los padres y madres, también destacan las diez personas comprometidas directamente con el colegio. En la programación semanal de l@s participantes se prevé un tiempo destinado a la Permacultura y es Mariángeles, precisamente, quién se encarga de dar contenido y sentido a este espacio. Paseando tranquilamente por Blowing podemos darnos una idea de la harmonía que se consigue cuando se practican los principios de la permacultura por más de tres décadas. Y ya apuntaba Paulo Freire que la educación no puede permanecer desconectada del contexto en qué se encuentra, ¿verdad?.

Muy cerca de allí, Carolina está trabajando duro junto a voluntari@s llegad@s de diferentes partes del mundo para levantar Pio Pio, que pretende ser un punto de encuentro comunitario donde el fomento de la permacultura y la intención educativa vayan, de nuevo, agarrados de la mano. Aunque todo está en una fase muy inicial, las ideas y las intenciones están muy claras en la mente de Carolina. Siendo éste un caso parecido al de la gente de la Minga Alegre, veremos cómo evoluciona y si, a medio/largo plazo existe alguna posibilidad de simbiosis entre Pio Pio y el Colegio Aldea El Bosque.

COMENTARIOS FINALES

Tratando de cerrar esta pequeña investigación por suelo chileno, quisiera citar a Evelyn Marsh, que en su artículo “Using Permaculture Principles to become a better teacher”, nos recuerda la importancia de mantenernos en un estado de aprendizaje permanente para poder empatizar con nuestr@s alumn@s, que el conocimiento no genera solamente respuestas, también despierta nuevas preguntas.

En todo el mundo, pero muy especialmente a lo largo del cono sur de América, está creciendo el número de personas y grupos humanos que trabajan o se preocupan por difundir los principios de la permacultura. Siento que ésta es una herramienta indispensable para quién persigue una actuación local en coherencia con una visión global. Un ejercicio que, por cierto, las escuelas y los proyectos educativos -del tipo que sea- no deberían obviar. Sería positivo que éstos se replantearan, tal y como invita a hacer la permacultura, las estructuras, las jerarquías, la toma de decisiones, la repartición de roles, las relaciones trans e intrapersonales… En la línea de lo que sugiere Marsh. No podemos nunca dejar de cuestionarnos.

En Chile, sortosamente, se están sembrando semillas que no tardaran en dar fruto. Estaremos atentos a su maduración.

Ecoportal.net

http://www.reevo.org/

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