En México las cosas hace mucho que no están bien y parece que en breve estarán peor. Escribo esto la noche del martes diez de diciembre de 2013 y en las primeras horas del miércoles once, el senado aprobará la contrarreforma energética, que la derecha ha anhelado y preparado durante cuatro sexenios.
De nada sirvió el cerco al recinto que desde el miércoles cuatro llevamos a cabo militantes y simpatizantes de Morena, con el apoyo del SME y los maestros de la CNTE. De nada sirvió tampoco la acción (¿o será mejor decir?, la simulación) llevada a cabo por el PRD en el Ángel de la independencia. La derecha gobernante tiene el sartén por el mango y sin miramientos ejerce el poder a favor de la mano que mece su cuna, la de los poderosos dueños del capital, los señores del neoliberalismo y, según ellos, los amos del mundo.
Lo más probable es que la resistencia que podamos oponer en la cámara de diputados contra la reforma regresiva tampoco sirva para frenar a la derecha. Tampoco los cercos que posteriormente realice Morena alrededor de los congresos estatales. ¿Entonces? ¿Qué vamos a hacer? Perder la esperanza no es opción.
Seguiremos resistiendo hasta que un día, irremediablemente, millones de mexicanos apaguen la tele, enciendan el cerebro y recobren la dignidad. Sólo entonces, cuando miles y miles, hasta sumar millones, tomen las calles y digan ¡basta!, las cosas empezarán a cambiar. Mientras, aunque seamos poquitos, hay que seguir haciéndola de tos… No hay de otra.
@Vegdelanoche
Nota editorial, leída el 10 de diciembre de 2013 en #LosAtractivosDeLaNoche, programa de radioamlo.org, que se transmite los martes de las diez de la noche a la una de la mañana.
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