Ahora la reforma se encuentra en los Congresos estatales donde seguramente la aprobarán, por ejemplo en el Congreso de Querétaro bastaron 10 minutos para su aprobación y en el Congreso de Veracruz 25, esto aunque se trata de una reforma de primer orden, donde está comprometida la soberanía nacional, una reforma que requiere un análisis profundo por especialistas en la materia, una reforma en la que se juega el destino de la futuras generaciones de los mexicanos.
El artículo 108 de la Constitución Política establece que: “El Presidente de la República, durante el tiempo de su encargo sólo podrá ser acusado por traición a la patria y de delitos graves del orden común”. El Código Penal Federal establece en el artículo 123 que se impondrá la pena de prisión de cinco a cuarenta años y multa de hasta cincuenta mil pesos al mexicano que cometa traición a la patria, el inciso I establece: “Realice actos contra la Independencia, soberanía o integridad de la nación mexicana con la finalidad de someterla a personas, grupos o gobiernos extranjeros”.
Los conspiradores buscaron ocultar su felonía tras la celebración religiosa más importante para los mexicanos, el día de la Virgen de Guadalupe, como decía Franklin D. Roosevelt: “En política nada ocurre por casualidad. Sí algo sucede, se puede estar seguro de que ha sido planeado así”. Además de esta fecha dos acontecimientos fueron aprovechados por la corrupta clase política, como es la Final de futbol entre el León y América y también el aguinaldo que se entrega esta quincena a la mayoría de los trabajadores del País. Por último también se debe mencionar el aumento del metro en la Ciudad de México hecho que distrajo la atención de los capitalinos.
Ahora me permitiré plasmar el sentimiento de varias personalidades del País, los cuales nos dejan ver con más claridad la dimensión de lo aprobado.
El obispo de Saltillo, Raúl Vera López, opina lo siguiente: “La reforma es asquerosa, vamos a depender de las potencias extranjeras, si hasta ahora nos manejábamos con la renta petrolera, que representa 40% de lo que es el gasto público, vamos a tener que estar tratando el tema de nuestro presupuesto con las potencias extranjeras, eso nos espera” continúa: “Como que hay venganza. Como no se votó durante dos sexenios por el partido que ahora gobierna, parece que se están vengando del pueblo. Estos señores vinieron a quedarse 300 años, ya no 70; no les bastó, no saquearon suficientemente al País y por eso ahora quieren eternizarse”.
Para el especialista en historia y Ciencia Política Adolfo Gilly la reforma se traduce en: “La Constitución de 1917 ha sido destruida en sus esencias. Tenemos en México muchas leyes. Pero hoy México es un País sin ley, que ha desprotegido a los trabajadores del campo y de la ciudad, así como a sus grandes riquezas naturales, frente a la voracidad del capital trasnacional y las ambiciones de dominación del vecino del norte y sus socios locales”. “...No se trata ahora de detenerse a imprecar o denostar a quienes así lo decidieron. Se trata de organizar con empeño, tenacidad y paciencia las fuerzas materiales, humanas y territoriales para restablecer en este País la ley de la nación...”.
El analista Pedro Miguel considera que: “Si los congresos estatales aprueban la reforma privatizadora, ExxonMobil, Chevron y esas gobernarán de facto, y habrá que ir a un nuevo proceso de independencia. El prianismo ha sembrado una guerra en el futuro del País”. Coincide con el especialista Adolfo Gilly: “Cuando seamos tres o cuatro millones de personas realmente organizadas –no importa que sea en distintas organizaciones–, ya podremos ganar una elección presidencial y defender el triunfo, convocar con éxito a un paro general o constituir un congreso popular. Mientras tanto, no veo otro camino que el de estar en y con las luchas populares específicas, informar, concientizar, comprometer y seguir organizando”.
La crítica de arte, recién homenajeada en Bellas Artes, Raquel Tibol, se refiere a uno de los personajes que se han opuesto a esta reforma: “¿Ustedes creen que las modificaciones del Senado son para bien? Andrés Manuel López Obrador es el último auténtico patriota que tiene México, pues defiende lo básico, que son las recursos naturales, ha defendido el cultivo agrario, los bosques y, a riesgo de su vida, realmente la defensa la ha hecho él con una lógica de la historia mexicana impecable, y no soy devota de él ni de nadie, nunca he militado en partido alguno, pero soy de izquierda”.
Una de las periodistas más importantes del País, Carmen Aristegui se hace una pregunta: “¿Dónde está la sociedad mexicana que tiene que expresar su punto de vista ante las decisiones de los representantes?
Por un asunto 10 veces más pequeño que esté en muchos otros países hay manifestaciones masivas a favor o en contra de reformas, de definiciones, de decisiones que cambian o que marcan la vida de la sociedades, hemos visto a lo largo de los últimos meses y años expresiones muy fuertes y vigorosas en diferentes países del mundo donde la sociedad se manifiesta...”.
Por último recordar las palabras de José Saramago, que bien le quedan a nuestra clase política: “Que se privatice todo, que se privatice mar y cielo, que se privatice el agua y el aire, que se privatice la justicia y la ley, que se privatice la nube que pasa, que se privatice el sueño… Y finalmente, para blasón y remate de tanto privatizar, privaticen los estados, entreguen de una vez por todas la explotación a manos privadas mediante concurso internacional, aquí se encuentra la salvación del mundo… Y metidos en esto, que se privatice a la p... que los parió a todos”.
Por Luis Fernando Torres Martín
Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública
am.com.mx/opinión/lagosdemoreno
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