La privatización del sector energético responde a los intereses del gobierno de Estados Unidos, que por razones de seguridad nacional requiere garantizar su abastecimiento de petróleo, gas y agua en el transcurso de esta primera mitad del siglo XXI, plantearon Josefina Morales y Carlos Fazio, académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como José Antonio Almazán, representante de los jubilados del Sindicato Mexicano de Electricistas, y Jesús Ramírez, del comité ejecutivo del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Durante su participación en el foro Las reformas peñistas en su laberinto, organizado por La Jornada y Casa Lamm, coincidieron en señalar que la reforma energética de Enrique Peña Nieto es “la suma de 30 años de reformas neoliberales, impuestas desde la campaña presidencial de Ronald Reagan” y que ya han provocado a México “una guerra de despojo de sus recursos estratégicos y de las conquistas sociales heredadas de la Revolución Mexicana”.
Los panelistas señalaron que el país se ha enredado cada vez más en el “laberinto imperialista de Estados Unidos”.
Evaluaron desde los acontecimientos de los años 70, “cuando Estados Unidos perdía autonomía energética” y “México se comprometía con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y otros instrumentos del imperialismo”, hasta los recientes hechos de espionaje de los sistemas de inteligencia estadunidenses al gobierno de Felipe Calderón y a Enrique Peña Nieto cuando era candidato presidencial.
Con información de hidrocarburosbolivia.com
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