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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Privatización en marcha: ya vendieron la petroquímica Pajaritos



Complejo Petroquímico Pajaritos, Veracruz

Mexichem no puede esperar. Antes de que se apruebe la agresiva campaña para imponer la reforma energética que impulsará los negocios de algunos proveedores y socios, la empresa de Juan Pablo del Valle consiguió la “desincorporación” de casi la mitad de la superficie del complejo Pajaritos, en Coatzacoalcos, para constituir la compañía Petroquímica Mexicana de Vinilo, que monopolizará la producción de este solicitado componente industrial. Como un anuncio de lo que viene con la reforma de Peña Nieto, Mexichem será el socio dominante.

El 30 de julio, días antes de que el presidente Enrique Peña Nieto diera a conocer su iniciativa de reforma energética, que propone modificar los artículos 27 y 28 constitucionales para abrir la cadena de hidrocarburos a la iniciativa privada, la Secretaría de la Función Pública (SFP) publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un insólito acuerdo:

La desincorporación del régimen de dominio público de la federación de 476 mil 386 de los 990 mil 528 metros cuadrados –casi la mitad– del Complejo Petroquímico Pajaritos, ubicado en el municipio de Coatzacoalcos, Veracruz, “a efecto de que el organismo público descentralizado Pemex Petroquímica lleve a cabo su enajenación a título oneroso”.

Según el acuerdo firmado por el subsecretario de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas, Julián Alfonso Olivas, en ausencia del titular de la SFP, el predio desincorporado consta de tres polígonos –de 342 mil 675, 42 mil 240 y 91mil 471 metros cuadrados, respectivamente– e incluye las construcciones e instalaciones que se encuentren en el área enajenada (es decir, la planta Derivados Clorados III, que produce cloruro de vinilo, un insumo básico para la fabricación de policloruro de vinilo o PVC, talleres de mantenimiento, áreas de servicio y ductos).

El acuerdo establece que en la desincorporación y enajenación “deberán respetarse las vías de acceso y servidumbres de paso existentes o que se establezcan en los terrenos que forman parte del Complejo Petroquímico Pajaritos, para garantizar el tránsito de personal de Petróleos Mexicanos y de sus organismos subsidiarios y de terceros, así como de vehículos, maquinaria y materiales, entre otros”.

La venta de la mitad de la planta de Pajaritos, la más importante y rentable de Pemex –genera 4 mil 500 millones de pesos anuales–, es el último paso para concretar uno de los primeros compromisos asumidos por el actual Consejo de Administración de Pemex, que encabeza el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.

Con los argumentos de que durante los últimos 12 años la subsidiaria, que inició operaciones el 18 de marzo de 1967, ha presentado pérdidas y de que no hay ningún impedimento legal, el pasado 16 de enero dicho consejo aprobó en su primera sesión extraordinaria la constitución de la empresa Petroquímica Mexicana de Vinilo, S.A. de C.V., en sociedad de coinversión de Pemex Petroquímica con el consorcio privado Mexichem, S.A.B. de C.V. (antes Camesa).

El presidente del Consejo de Administración de Mexichem es Juan Pablo del Valle (hijo del exbanquero y exdirigente patronal Antonio del Valle), quien desde hace una década buscaba alcanzar un acuerdo con la petrolera paraestatal. El emporio privado se constituyó el 30 de junio de 1978 y su principal actividad económica es la elaboración de diversos productos químicos: ácido fluorhídrico, cloro, sosa cáustica, hipoclorito de sodio y PVC, así como la extracción de fluorita.

Ambas partes aportarán 556 millones de dólares para la modernización de la infraestructura. Mexichem se comprometió a aportar 325 millones –125 en activos y 200 en efectivo–, mientras que Pemex Petroquímica participará con 231 millones, además de ceder casi la mitad de Pajaritos “en arrendamiento”, según Pemex.

El caso es que ahora Mexichem y la subsidiaria de Pemex comparten el complejo: la empresa privada opera una planta de cloro y sosa, mientras que Pemex Petroquímica una de monómero de cloruro. Con la sociedad, la familia Del Valle tendrá de facto el control de ambas plantas para producir cloruro de vinilo, insumo básico para la elaboración de PVC. Mexichem tendrá 58.46% de las acciones y Pemex 41.54%.

Del Valle hijo declaró en marzo pasado que con la restructura de la planta de Pajaritos la producción ascenderá de 120 mil a 400 mil toneladas de monómero de vinilo (VCM), que su empresa convierte luego en PVC, en cuya producción es líder mundial. Mexichem tiene ventas superiores a 70 mil millones de pesos y presencia en más de 50 países.

En el sexenio pasado, el presidente Felipe Calderón intentó sellar esa alianza en dos ocasiones –en 2011 y en julio de 2012–, pero se topó con dos escollos en el consejo de administración de la paraestatal: el sindicato petrolero y el entonces consejero independiente Rogelio Gasca Nery.

A través de su representación sindical, el líder nacional petrolero y actual senador del PRI Carlos Romero Deschamps objetó la “alianza estratégica” porque, en su opinión, alrededor de mil 500 trabajadores quedarían desempleados. En la actualidad la planta de Pemex Petroquímica opera con 2 mil 300 trabajadores y Mexichem sólo pretende emplear a 800.

Gasca Nery fue al fondo jurídico del asunto al argumentar que la sociedad violentaba el artículo 27 constitucional –uno de los dos preceptos que el gobierno de Peña Nieto se apresta a modificar con su reforma energética– así como la Ley Reglamentaria de Pemex.

De no atorarse en el camino, la sociedad de Pemex con Mexichem será la primera coinversión de gran calado en la industria petroquímica, por encima del convenio signado antes con la firma brasileña Unigel.


Arruinar para vender


Recién iniciado el primer gobierno panista, el de Vicente Fox, inició el proyecto de modernización de la planta Derivados Clorados III, consistente en añadir algunos equipos y adaptar la estructura original para incrementar la capacidad de producción de cloruro de vinilo de 200 mil a 405 mil toneladas al año. El estudio de factibilidad estimaba que con esa producción se cubriría 65% de la demanda nacional de ese producto.

Sin embargo, en el camino se registró una serie de contratiempos que acarrearon a Pemex Petroquímica pérdidas en aquel entonces calculadas en más de 2 mil 500 millones de pesos y que derivaron en la inha­bilitación de cinco mandos medios de la planta, entre ellos el exdirector de Arranque de la planta Clorados III, Mario Raúl Castillo Petlacalco, quien ahora es alto ejecutivo del área de Proyectos de Mexichem, junto con Abraham Klip Moschinski, otro exfuncionario de la subsidiaria de Pemex.

En mayo de 2004 los directivos recibieron la planta sin las pruebas correspondientes. Resultó que sólo producía 180 mil toneladas al año, es decir, la producción decreció.

Un informe interno de la SFP, elaborado por el entonces contralor interno de Pemex Petroquímica, Marco Antonio Díaz, reveló que entre noviembre de 2003 y febrero de 2005 se perdieron 8 millones de pesos diarios mientras la planta estuvo fuera de operación.

Cuando la Auditoría Superior de la Federación (ASF) examinó el contrato y sus convenios modificatorios, detectó incumplimientos a la Ley de Obra Pública y Servicios, como pagos no autorizados, dilación en la entrega de las fianzas de cumplimiento y los seguros de riesgo por parte de la empresa contratista e incumplimiento en los plazos de entrega de las fianzas de responsabilidad civil y de construcción.

Además, la ASF comprobó que los funcionarios de Pemex Petroquímica pagaron el costo de los equipos con un sobreprecio de casi 300%.

El dictamen del órgano de fiscalización fue concluyente: la filial de Pemex “no cumplió las disposiciones normativas aplicables a la planeación y adjudicación de la obra”.

Tras el fracaso del gobierno de Fox para reactivar la producción de Pemex Petroquímica, durante el sexenio de Felipe Calderón, el hijo del expropietario de Bancrecer y de Bital comenzó a tender nuevamente sus redes para apropiarse de la planta de Clorados III. Luego de varias gestiones, el 5 de mayo de 2009 logró arrancarle al entonces director de la Petroquímica, Rafael Beverido Lomelín, un memorándum de entendimiento que fue encriptado por 10 años.

En dicho documento Mexichem deja en claro que, como productor de cloro y PVC, requiere del incremento de cloruro de vinilo (VCM), materia prima que produce Pemex Petroquímica, para estar en posibilidad de integrar la cadena desde el cloro hasta el PVC, como sucede en otras partes del mundo, porque de esa forma –dice– el proceso es mucho más rentable.


“Fue el primer intento de la venta disfrazada del patrimonio de la nación a Mexichem”, dice en entrevista la experta en petroquímica y asesora del PRD en el Senado, Rocío Nahle García. Aunque el acuerdo finalmente no cuajó, la especialista refiere que ya estaba enfocado a la integración de la cadena cloro-VCM-PVC.

Casi un mes después de la firma de ese convenio, José de la Cruz Chung, exsubdirector de Proyectos de la Petroquímica Pajaritos y quien desde 2003 ha denunciado cómo los directivos de Pemex han contribuido a la debacle del complejo petroquímico al no hacer nada para evitar la corrupción y el derroche de recursos en esa planta (Proceso 1619), interpuso una denuncia ante la SFP por la virtual “entrega en comodato, cesión, asignación, venta o lo que resulte de la planta de Clorados III del complejo Pajaritos a la empresa Mexichem”.

Como en sus anteriores denuncias, nada pasó.


Incertidumbre

Con el regreso del PRI a Los Pinos, Juan Pablo del Valle volvió a pujar por la planta de Clorados III, esta vez con éxito.

El 16 de enero último, el consejo de administración de Pemex autorizó una alianza entre Pemex Petroquímica y Mexichem. Y el pasado 30 de julio la SFP cerró el círculo al autorizar la desincorporación de 476 mil 386 metros cuadrados del complejo Pajaritos, donde operará la nueva empresa, Petroquímica Mexicana de Vinilo, con Mexichem como accionista mayoritario.

Manuel Bartlett, coordinador del grupo parlamentario del PT en el Senado, dice que la desincorporación de casi la mitad de la superficie del complejo Pajaritos forma parte de un proceso sistemático de los gobiernos neoliberales para acabar con el motor de la economía nacional, Pemex, y ponerlo en manos de Estados Unidos.

Añade el expriista: “No es una política que tenga más destino que la destrucción de Pemex y de su brazo fuerte, el área petroquímica”. De ahí, explica, la retórica oficial de que Pemex está en quiebra. “Es un catastrofismo inducido para que pasemos a la privatización, para entregar el petróleo a Estados Unidos, lo que me parece una perversión que, en lo personal, atribuyo a los expresidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”.

Desde que se anunció la venta de la parte más rentable del complejo Pajaritos, los trabajadores sindicalizados han realizado varias movilizaciones de protesta, la más reciente el jueves 5 en Coatzacoalcos. Su marcha coincidió con la de los maestros.

“Estamos pidiendo que nos aclaren la situación por la que estamos pasando, hay incertidumbre. Al parecer están violando la Constitución Política y muchos de los derechos que tenemos. Al vender la planta de Clorados III se está creando un monopolio del cloruro de vinilo y eso está prohibido en nuestra Constitución”, declaró a la prensa local la sindicalista Irma Ruiz Peña.

Denuncia que los dirigentes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), entre ellos el dirigente de la Sección 11, Ramón Hernández Toledo, rehúyen el diálogo con sus agremiados.

“Nosotros estamos planteando no permitir que nadie se vaya, ni jubilados ni liquidados ni transferidos, hasta que no esté clara la situación de todos los trabajadores. Nuestro líder aún no nos ha convocado. Es lo que estamos solicitando ahora, que nos convoque para esclarecer esto”, dice Ruiz Peña.

Otros trabajadores de la Sección 11 están convencidos de que no hay justificación para ceder las instalaciones de Pemex Petroquímica a la iniciativa privada. Afirman que algunas plantas, como la de etileno, operan al 110%, mientras que la de Clorados III es única en Latinoamérica.

La incertidumbre de aproximadamente 2 mil trabajadores de Pemex Petroquímica creció cuando el director general de la paraestatal, Emilio Lozoya, ordenó reducir personal, cancelar plazas definitivas y temporales, achicar las de mandos superiores, compactar estructuras y promover jubilaciones anticipadas, como consta en su oficio DCA2831 2013, fechado el 15 de agosto.



Por Raúl Monge
Tomado de Proceso
Septiembre 7, 2013

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