Ahora que ya han transcurrido varios días de la detención de Elba Esther Gordillo y sabemos que el juicio lo llevará dentro de prisión, vale la pena reflexionar sobre el entorno político y educativo que giraba en torno a la dueña del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
En primer lugar, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) utilizó buena parte del siglo XX a los sindicatos y centrales obreras para tener un control más rígido en lo social y laboral. La mayoría de las decisiones económicas que en el Congreso mexicano se tomaban, eran avaladas y promocionadas por los líderes de esos sindicatos que lograban colocar por acuerdo a cierto número de Diputados y Senadores. Acabado el sexenio, algunos terminaban por caer o eran exhibidos frente a la población como corruptos y por ende, separados de sus cargos y castigados ejemplarmente.
Si el Partido Acción Nacional (PAN) en los dos sexenios que mantuvo el poder no decidió hacer cambios de fondo a la estructura política priista, fue para mantener los beneficios que da ejercer el poder en México. Incluso los panistas fueron más allá al dar una extensión en el poderío sindical a sus líderes a cambio de alianzas políticas y electorales. No olvidemos que la toma de nota a Napoleón Gómez Urrutia se la dio el ya difunto Carlos Abascal a pesar de las evidencias mostradas de que todo se trataba de una herencia cacical en el gremio minero.
En su regreso a la Presidencia, el PRI encontró la misma estructura que dejó en el 2000 y terminó por usarla, dando ese golpe mediático que necesitaba para legitimar su gobierno a la hora de detener a Elba Esther.
El arresto de la lideresa del SNTE obedece a cuestiones políticas y no de legalidad, ya que de ser así, justo en este momento otros personajes como Romero Deschamps o Humberto Moreira estarían también tras las rejas.
Justo aquí podemos concluir que en el aspecto político la detención de Elba obedece a temas de ejercicio de poder clásico priista a inicios de cada nuevo sexenio. En el plano educativo las cosas parece no serán muy distintas, pues en nuestro país todos los rubros del Estado obedecen a decisiones políticas que no afecten intereses de grupo.
La remoción de Elba Esther del SNTE no resuelve de ninguna forma el problema de la educación, inclusive trabajando de forma excepcional en reformar al sector a partir de estos momentos, los primeros resultados se verían dentro de 6 u 8 años.
Hoy la única cabeza del sindicato magisterial ya no está al mando, aunque eso no significa que el manejo de fondos se volverá transparente a partir de este momento o que las plazas se asignarán de manera adecuada. Fueron muchos años de malas decisiones, por lo que hoy el Estado sabe que una solución pasa por esperar la jubilación de la mayoría de los maestros para comenzar así, una nueva etapa de recontratación con docentes mejor capacitados, aunque mientras eso ocurra existe el latente riesgo de que el sistema escolar siga tan corrupto como hasta ahora, aunque con la única diferencia de que las ordenes ya no las dará Elba Esther Gordillo.
Por Edmar Ariel Lezama
@edmar_ariel
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