1. Que Esther Gordillo, dirigente vitalicia del Sindicato (SNTE) es corrupta, es indiscutible; pero como ella hay cientos de miles de funcionarios, empresarios y dirigentes sindicales que silencian y esconden muy bien sus enormes propiedades e ingresos. México –por su historia- ha sido de los países más corruptos del mundo. ¿Por qué ningún ex presidente de la República, ningún multimillonario de Forbes, ningún dueño de monopolio ha sido encarcelado, a pesar de que más de la mitad de los 115 millones de mexicanos vive en la miseria, el desempleo y el hambre? Decir que la Gordillo fue encarcelada porque se robó mucho dinero y, sobre todo creerlo, es una bobería. Si la Gordillo hubiese aceptado la “reforma” y se hubiera disciplinado, aunque siguiera saqueando las cuotas magisteriales, seguiría siendo apoyada por el gobierno.
2. En México el oportunismo es rampante o rastrero. Pide que entierren al rey muerto para someterse a otro rey. El PRI, el PAN, el PRD, los gobiernos, los medios de información, apoyaron la corrupción de la líder Gordillo, pero ahora que ha caído claman por otro líder “honesto”. Los maestros de la Coordinadora (CNTE) han venido batallando durante más de 30 años contra los líderes espurios (Jongitud, Gordillo) y por una educación al servicio del pueblo y, en vez de apoyar estas luchas de la CNTE se ha perseguido, encarcelado y asesinado a sus dirigentes. ¿Por qué en lugar del fuerte apoyo que cuatro gobiernos dieron a la Gordillo no sacaron las manos del Sindicato para dejar que la lucha sindical se desarrolle de manera independiente y sin intervención gubernamental? Gordillo gozó de todos los privilegios mientras se subordinó o mientras sirvió.
3. En México, siglo XX-XXI, solamente ha habido un golpe de Estado (al gobierno de Madero en 1913) que se hizo oficial; pero se han registrado por lo menos una decena de “golpes de Estado” disfrazados, siempre con apoyo gubernamental. El golpe contra Esther Gordillo es idéntico o parecido al del líder petrolero “La quina” en 1989, al que Jongitud dio en 1972 al grupo Robles Martínez y al que recibió Jongitud de Gordillo en 1989 en el SNTE; a los que sufrió López Obrador en 2006 y 2012, el que recibieron los electricistas del SME en 1910. Es decir, los golpes de Estado no sólo son contra gobiernos nacionales por militares o civiles; son también cuando fuerzas de choque desplazan a un grupo de manera rápida o violenta. Otra cosa es una rebelión o una revolución en las que intervienen fuerzas masivas para expulsar a un grupo gobernante.
4. La Gordillo no fue encarcelada por ladrona y defraudadora (aunque sí lo es) sino porque le falló su táctica de conseguir las cosas por presión, con movilizaciones. Creyó en las promesas personales de Peña Nieto –a quien le consiguió decenas de miles de votos de apoyo- confiando en que sería igual que con Salinas, Zedillo, Fox y Calderón y le falló. Estaba segura que con su enorme poder institucional en el Sindicato lograría los mil un privilegios de que gozó durante los últimos cuatro sexenios (dos del PRI y dos del PAN). Debe estar en estos momentos revisando lo que le falló y trazando la estrategia para su defensa ante la romería que se ha desatado contra ella. Lo mismo le pasó a la Quina y al mismo Jongitud en 1989, que como líderes eran profundamente corruptos, pero como indisciplinados frente al poder de Salinas parecían tontos.
5. ¿Se desatará una rebelión de maestros para apoyar a la Gordillo? Ni pensarlo. Si no sucedió cuando en 1959 fue encarcelado el ferrocarrilero Demetrio Vallejo, si no sucedió cuando fueron encarcelados campesinos, cuando se clausuró el internado del Poli, cuando fueron apresados maestros othonistas, asesinados a estudiantes de 68, brutalmente reprimidos los líderes de Atenco, puede pensarse acaso en que ahora suceda? A la Gordillo le podrán bajar las acusaciones y sacarla bajo fianza porque está vieja y enferma. El problema no es ella sino la llamada reforma que sólo busca la mayor privatización educativa para adecuar la educación a los intereses de la producción capitalista. La CNTE, la única organización de real oposición, tendrá que continuar batallando para evitar que todo siga igual.
6. Lo mejor que podría pasar es que la CNTE salga fortalecida en estas batallas por tener las mejores ideas, las demandas más correctas y por haber demostrado durante más de tres décadas una enorme honestidad en sus batallas. Pero lo que se vislumbra es que el gobierno de Peña Nieto ya tenga muy claro el equipo sustituto y esté a punto de anunciarse. Así ha pasado en la historia de México porque el poder presidencial ha sido apabullante sobre eso que se ha llamado “oposición”. Imagínense si podría llamarse oposición a algún grupo o partidos de esos que han firmado el “pacto político” y los que se preparan a hacerlo. Lo peor que podría pasarle a la CNTE es que –por ser muy consecuente- la obliguen a radicalizar sus luchas contra la reforma, se quede sola y le impongan una brutal represión de parte del Estado. (27/II/13)
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