Foto: Mario Marlo |
México, DF, 18 de feb 2013.- La manifestación del pasado lunes, en la que el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros recordaron el séptimo aniversario de los 65 mineros muertos durante una falla dentro de la mina Pasta de Conchos, se encabezó con una insignia muy clara dirigida al presidente Enrique Peña Nieto: “El Sindicato Nacional de Mineros le pide su apoyo para rescatar los cuerpos de nuestros compañeros que se encuentran sepultados en la mina 8 de pasta de conchos, Coahuila , y exigimos que el gobierno Federal retome el caso”.
El 19 de Febrero del 2006, durante la jornada laboral nocturna que llevaban a cabo dentro de la mina Pasta de Conchos, 65 mineros quedaron sepultados tras una explosión de gas butano sucedida alrededor de las dos de la mañana, la cual provocó que la mina se viniera abajo y quedaran sepultados los trabajadores a más de 160 metros de profundidad.
“Cinco días después del accidente provocado por la empresa Grupo México (GMéxico), dieron por concluido el caso; según un informe oficial, por los altos índices de gas butano que se encontraba en el aire. Ellos dirán que fue una bolsa de gas pero es mentira, pues queda claro que fue planeado por esta empresa” expresó así el trabajador de la sección 17 de mineros de Taxco Guerrero, Armando Dámaso Mendoza.
A raíz de este conflicto, los trabajadores de la Sección 17 de la mina de Taxco, sección 201 San Martin Sombrerete Zacatecas y de la mina de Cananea se pronunciaron en huelga desde hace ya más de 6 años, sin respuesta alguna; el día de hoy retoman fuerzas y salen a las calles de la Ciudad de México a exigirle al nuevo gobierno del PRI que resuelva este conflicto lo más rápido posible y hagan caso a sus exigencias que son: la proporción de material necesario y en condiciones para laborar, más seguridad en las minas y la renovación de su contrato de trabajo; pues afirman sentirse mejor y más seguros si se cumplieran con los elementos básicos de seguridad. Para ellos y su familia es incierto si una vez entrando a la mina se volverán a ver.
Indicaron que si se cumple con este tipo de normas de control de calidad, se evitarían enfermedades como la tuberculosis, enfisema pulmonar, silicosis, cáncer en los pulmones causadas por el carbono y los diferentes metales y gases que aspiran.
“Son condiciones infrahumanas en las que nos encontrábamos laborando y por eso no vamos a terminar con este conflicto que “no” comenzamos nosotros”, expresaron.
Por Diana Atenea
De Somos el Medio
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