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lunes, 21 de enero de 2013

Relevo "sorpresa"



Rectoría de la UdeG.  Foto: De Archivo


El próximo 31 de enero ocurrirá una sorpresa en la Universidad de Guadalajara, la segunda casa de estudios en importancia del país, y que maneja el doble del presupuesto que el municipio donde se finca su sede. Ese día se conocerá quién será el sexto rector formal designado por Raúl Padilla. Si algo tiene de especial esta ocasión, es que el jefe del Grupo UdeG no enfrenta ninguna oposición: domina la cancha, puso a los árbitros, es dueño de los equipos y regaló boletos al público.

Al cumplirse 24 años de su cacicazgo en la Universidad de Guadalajara (UdeG), el exrector Raúl Padilla López mueve sus piezas para colocar a su quinto enviado a la Rectoría general, para el periodo 2013-2019, mediante un trámite electoral que deberá culminar el último día de este mes.
Román Munguía Huato, líder del Sindicato de Académicos, y Bernardo Jaén Jiménez, integrante del Colectivo de Reflexión Universitaria, coinciden en que urge lograr la plena democratización de los órganos de gobierno de la casa de estudios, en particular el Consejo General Universitario (CGU), para dar paso a una nueva fase en la institución.
“Vemos muy controlado todo el proceso. Lamentablemente el máximo órgano de gobierno de la universidad, el CGU, y sus integrantes se limitan a validar decisiones que se toman fuera de ese organismo. Los consejeros, lejos de actuar con autonomía e independencia, responden a la consigna. 
Igual ocurre en la designación de la comisión electoral. Todo está controlado. El poder fáctico que representa Padilla López domina todo; finalmente un dedo, el de Padilla, va a decidir a quién se le concede el cargo de rector formal, porque la rectoría real sabemos en qué manos está”, dice Jaén.
Según la Ley Orgánica de la UdeG se requieren los votos de la mitad más uno de los 177 integrantes del CGU para validar la elección de rector. A decir de Jaén, en el presente proceso, que se abrió formalmente el martes 8, no existen siquiera opiniones discordantes.
El investigador señala que 42% de los consejeros (75) son directivos que representan a los académicos, los administrativos o a los estudiantes, por lo que no provienen de un proceso de elección directa. Y de los otros 102, 51 corresponden a la representación académica y 51 a la estudiantil, de tal suerte que todo está controlado.
“En el nuevo CGU no hay ninguna voz crítica; tan sólo hay que ver lo que pasó para la conformación de la nueva entidad que operará los medios de radio y televisión de la Universidad de Guadalajara, que ahora encabeza el exvicerrector Gabriel Torres, y cómo se le entregará esa instancia al Centro Universitario de Ciencias Económicas Administrativas que dirige Tonatiuh Bravo Padilla, un aspirante a la rectoría general.”
En suma: “No se ve a un solo consejero que mantenga una posición independiente” en la designación del rector número 49 de la mayor universidad del país después de la UNAM.
En su portal de internet, la UdeG informa que tiene 240 mil alumnos en nivel medio y superior; tiene 25 mil trabajadores, entre académicos y administrativos. Su presupuesto estimado para este año es de 8 mil 900 millones de pesos –casi el doble de los 4 mil 866 millones que ejercerá el ayuntamiento de Guadalajara– y ofrecerá servicios a más de un millón 600 mil ciudadanos.

El negocio universitario

Raúl Padilla cumple 60 años en 2013 y es reconocido como el hombre más influyente en el estado, señala Munguía Huato.
El Licenciado egresó en 1977 de la carrera de Historia de la desaparecida Facultad de Filosofía y Letras. Ocupó la rectoría del 1 de abril de 1989 al 31 de marzo de 1995; fue presidente de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) durante la época en que el pistolerismo dominaba el ámbito estudiantil, un periodo que se omite en su página de internet. A Padilla se le reconoce como el principal promotor de la Reforma Universitaria e impulsor de la primera fase de la Red Universitaria.
Durante su gestión se consolidó el proyecto del Plan de Desarrollo Institucional y se impulsaron reformas sustantivas a la Ley Orgánica de la universidad, entre las que destaca la posibilidad de que la universidad elija a su propio rector.
Hasta antes de 1989 el gobernador elegía al rector entre una terna presentada por el CGU, pero ahora, en virtud de la reforma, esa facultad es exclusiva del máximo órgano de gobierno (el CGU). Pero gracias a su control de los integrantes del consejo, así como de los sindicatos reconocidos por la autoridad universitaria, Raúl Padilla tiene el control de esa designación y se ha mantenido como jefe único durante más de 22 años, explica Munguía Huato.
Ahora, lejos de mostrarse preocupado por el proceso de renovación de rector, Padilla hace gala del aumento de su poder y se exhibe como empresario exitoso en la edición Jalisco de la revista Quién (número 291, 21 de diciembre de 2012):
“Inolvidables momentos suceden en forma simultánea en la FIL, pero sin duda los happenings top (sic) en esta ocasión fueron las ya conocidas cenas en casa de Raúl Padilla, donde las personalidades más importantes del medio conviven después de largos días llenos de emociones por haber recibido algún premio, presentar un libro o por ese inevitable espíritu que invade la Expo Guadalajara durante esos días.”
En la reseña de cuatro páginas, Padilla aparece con traje oscuro, camisa blanca y sin corbata, en compañía de Ricardo Salinas Pliego y María Laura de Salinas, Gabriela Botti y Alfredo y Santiago Harp Helú. También posa para la misma revista su hermano y también exrector José Trinidad Padilla López, quien sale junto a Priscila Lucco.
En efecto, El Licenciado aumentó su poderío. Su grupo fue uno de los ganones en el pasado proceso electoral, aun por encima de las corrientes del PRI. El nuevo secretario general del Congreso, Marco Antonio Daza Mercado, está ligado al Grupo UdeG.
También tiene a piezas clave en la presidencia municipal de Guadalajara y en la de Zapopan; pero sobre todo en el equipo del gobernador electo Jorge Aristóteles Sandoval: éste lo encabeza Ricardo Villanueva Lomelí, exdirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios, creada por Padilla, y el maestro Javier Hurtado, coordinador del Análisis del Plan Estatal de Desarrollo, es un excolaborador de Raúl Padilla.
Para Munguía Huato, el perfil del nuevo rector debería ser el de un universitario con historia académica reconocida, principalmente en la propia universidad y también en su campo profesional, en los niveles local y nacional, como se establece en la Ley Orgánica de la UdeG, que además exige una trayectoria moral intachable. “Estas dos condiciones poco o nada se han cubierto en la universidad, especialmente a partir del cacicazgo del exrector Raúl Padilla”, lamenta.
Los cinco pasados

Al terminar su gestión en 1995, Padilla promovió como sucesor a Víctor Manuel González Romero, un académico del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías que, ya en la Rectoría, quiso reforzar el carácter académico a la casa de estudios y logró consolidar la Red Universitaria.
Sin embargo, Padilla siempre se reservó las decisiones de orden político, aun en la administración de González Romero: “Todo mundo sabía que los acuerdos se tomaban con Padilla” y los jefes universitarios “hacían cola para entrevistarse con Padilla López” cuando se desempeñó como diputado local y despachaba en la planta alta de Palacio Legislativo, ubicado en avenida Hidalgo 222, recuerda un excolaborador de El Licenciado, quien pide no publicar su nombre por su seguridad laboral.
José Trinidad Padilla López fue el tercer rector de la era padillista. 

Su llegada a la Rectoría estuvo marcada por el rompimiento del Grupo UdeG con González Romero, actual secretario General de Gobierno del estado. En ese entonces era vicerrector Misael Gradilla Dammy, quien gozaba de buena reputación académica pero finalmente pasó “al destierro” porque trabajó con González Romero.
Consultados por este semanario, fuentes universitarias indican que durante la administración de Trinidad Padilla y por instrucciones de su hermano Raúl, la Rectoría se convirtió en un despacho light y empezó a perder peso en la toma de decisiones y en la promoción de acuerdos. En ese proceso se benefició la Secretaría General, en ese entonces encabezada por Carlos Briseño Torres.
En 2007 este funcionario sucedió a Trinidad Padilla, pero finalmente fue destituido por el CGU por tratar de liberarse de la tutela de El Licenciado. Briseño Torres se suicidó el 19 de noviembre de 2009, tras un año esfuerzos fallidos por recuperar el rectorado.
Acerca de Briseño se dice en la página oficial de la UdeG que fue nombrado rector general el 1 de abril de 2007 y “desde los primeros meses surgieron diferencias con diversos miembros y funcionarios de la Universidad de Guadalajara. Esta tensa situación tuvo como consecuencia la destitución de Briseño Torres el 29 de agosto de 2008”.
Por supuesto, se omiten las denuncias presentadas por Briseño, quien señaló con insistencia el oscuro manejo de los recursos públicos que hacía Raúl Padilla en las empresas parauniversitarias que administra.
Ahora sólo algunos universitarios, que insisten en proteger sus nombres, recuerdan el tipo de servicio que le prestó Briseño al Grupo UdeG. Uno de ellos explica:
“Para Raúl Padilla, Briseño (en la administración de Trinidad Padilla) representaba el político de mayor confiabilidad, de mejores resultados para el manejo institucional, y garantizaba la formalidad en la búsqueda de acuerdos. Era el perfil de funcionario que el licenciado requería para el manejo de la UdeG. Bajo esas condiciones de docilidad, Carlos se ganó la simpatía de Padilla y así terminó de tajo con las aspiraciones de Tonatiuh Bravo Padilla para llegar al puesto más importante en la representación de la UdeG. En los primeros meses de 2007 Bravo Padilla corre la misma suerte que Misael Gradilla y se convierte en el vicerrector que nunca llegó a la Rectoría.”
El 29 de agosto de 2008 el CGU destituyó Briseño en una acalorada sesión, de la cual salió ungido como rector sustituto Marco Cortés Guardado. Una fuente cercana a los protagonistas de estos hechos revela:
“La sesión en donde se destituye a Briseño fue de mero trámite, todo estaba amarrado. Carlos ya no tenía nada que hacer en la Rectoría, él nunca tuvo capacidad de control del CGU y menos de los gremios. Su error fue creer que iba a llegarle apoyo del gobierno de Emilio González Márquez o de instancias de orden federal como la Presidencia, la Secretaría de Educación o de Gobernación, pero al final de cuentas lo dejaron solo, tal como lo reclamó Martha Torres, la madre del exrector al gobernador Emilio González, el día de su velorio en la casa de sus padres en La Barca.”
Marco Antonio Cortés Guardado se convirtió en el rector número 48 de la UdeG en agosto de 2008. Su administración se ha concentrado en la administración y no ha realizado grandes transformaciones. Cortés Guardado nació el mismo año que Raúl Padilla (1954), de joven fue miembro del Partido Comunista Mexicano, estudió sociología en la Facultad de Filosofía y Letras y fue rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, donde se recuerdan sus llegadas en una motocicleta Harley Davidson.
En la página oficial, se asegura que Cortés Guardado impulsó la actualización del Plan Institucional de Desarrollo con visión al año 2030, que se consolidó a la UdeG con un liderazgo académico, de rendición de cuentas, científico y cultural, y se destaca la ampliación de la matrícula para nivel medio y superior.
Los cándidos

En la actual lista de candidatos a rector de la UdeG destaca Tonatiuh Bravo Padilla, rector del CUCEA, exvicerrector de la universidad entre 2003 y 2006, y dos veces diputado federal por el Partido de la Revolución Democrática.
Bernardo Jaén señala que hasta hace varias semanas se afirmaba en el medio político que Bravo era impulsado para encabezar la Secretaría de Educación Jalisco en la administración de Jorge Aristóteles Sandoval, pero que el Grupo UdeG hizo una propuesta que termina de ubicar a Bravo Padilla como el aspirante natural para suceder a Cortés Guardado en le UdeG.
“Pero se ve difícil que él pueda ser el elegido –acota Jaén –, pensamos más bien en otros personajes como el rector de Ciencias de la Salud o hasta en Alfredo Peña (secretario de la UdeG). Bravo Padilla representa un gran riesgo para el poder que ejerce Raúl Padilla. Hasta ahora solamente son rumores. 

Ese es el problema de la universidad: que no hay ninguna certeza, no hay debate abierto, no hay confrontación de ideas, no se sabe realmente quiénes son los candidatos porque se carece de la apertura. 

Todo se maneja en lo oscurito. No hay canales para dirimir diferencias políticas o ideológicas”.
Consultado por este medio, Bravo Padilla asegura que está concentrado en terminar su rectorado en el CUCEA en marzo próximo, pero no descartó que vaya a competir después por la Rectoría general.
Entre los aspirantes considerados padillistas “duros” destaca Alfredo Peña Ramos, secretario general de la universidad y encargado de movilizar a estudiantes para las causas del Grupo UdeG, ya se trate de llenar auditorios durante la FIL o de nutrir manifestaciones para exigir mayor presupuesto para la UdeG y para protestar contra la inseguridad a fin de golpear políticamente al gobernador.
Se menciona asimismo a Ruth Padilla Muñoz, actual titular del Sistema de Educación Media Superior. Se le considera una académica que sabe defender sus ideas y difícil de vencer en el debate, pero que siempre se subordina a Padilla.
Héctor Raúl Solís Gadea, coordinador general académico, es uno de los candidatos de más bajo perfil. Forma parte del casi extinto grupo de Ciencias Sociales, campus que durante un buen tiempo marcó la pauta en materia política del Grupo UdeG. En términos prácticos es el reemplazo de Pablo Arredondo Ramírez, rector del CUCSH, otro de los aspirantes al cargo pero que ha tenido problemas, como la persistencia de la compraventa de drogas en el campus.
A Pablo Arredondo se le acusó de hacer gastos personales con recursos universitarios. Hace tres años organizó un encuentro taurino en la terraza privada del exdiputado perredista Raúl Vargas, con un costo superior a 80 mil pesos, que fue endosado al presupuesto del programa académico de Ciencias Sociales, según datos que Proceso Jalisco obtuvo mediante la Ley de Transparencia.
Otro mencionado como aspirante a rector es el doctor Juan Manuel Durán, director de la biblioteca pública Juan José Arreola, exrector de Ciencias Sociales. Se le describe como un hombre de trato amable y fácil de manejar para Raúl Padilla. Los médicos Héctor Raúl Pérez Gómez, rector de Ciencias de la Salud, exdirector del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde y Jaime Agustín González, director del Organismo Público Descentralizado Hospital Civil de Guadalajara, aparecen igualmente en la lista.
Sin embargo, a decir de Munguía Huato, en la UdeG no existe una contienda real por la Rectoría general: “No tengo idea de quién pueda ser el sucesor de Marco Antonio Cortés. El único que lo sabe con toda certeza es el cacique (Raúl Padilla). En su momento él decidirá quién es el ungido”.
Y resume: “Por decirlo vulgarmente, la caballada está flaca o mejor dicho la burrada está flaquísima, pues por ningún lado se percibe un candidato (real). De los posibles, no se ve ni con la estatura académica suficiente, ni con la condición ética requerida. Cualquiera que sea el elegido, tiene como primera misión obedecer las órdenes de Raúl Padilla”.

Por Alberto Osorio/www.proceso.com/secciónJalisco

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