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| "Soy uno de millones que de verdad esperamos una revolución, pero una revolución de conciencias". |
Hoy me afiliaré a MORENA porque no veo otra opción política para mí. A pesar de que no quería que fuese partido político, no existe algún otro que represente mis ideales y principios como éste. Soy socialdemócrata y estoy convencido de que se requiere crear una competencia política que abone a una mejoría para el bienestar general del país.
No lo hago por AMLO, por un hueso o por querer despegar mi carrera política, lo hago porque estoy convencido de lo que creo y como he dicho antes, por mi vocación de servicio; no me creo la Madre Teresa, Gandhi, ni mucho menos.
Lo que necesitamos es darnos cuenta de que nada está bien para millones de mexicanos: ni la educación, ni el empleo, ni la salud, ni el respeto al estado de derecho.
Ningún partido ha logrado sacarnos de la miseria, y muchos de los que somos privilegiados, estamos viendo como poco a poco nos integramos a ese círculo de pobreza. Por mi propia convicción de activista, sé que no puedo ser apático a los problemas que enfrenta la sociedad en la que me desenvuelvo, porque los seres que amo viven en ella.
En algún momento dije que me iría de México. Y sí, espero hacerlo, algún día. Pero no para quedarme con los brazos cruzados y para no regresar. No podría quedarme lejano a los problemas que aquejan a mi gente, porque cada vez que salgo a la calle me recuerdo a mí mismo los objetivos que me he planteado, ya que toda esa miseria esparcida en las esquinas, en contraste con opulencia de un puñado de personas, me hace reflexionar constantemente de que algo no funciona, y como dice mi estimado camarada internacionalista Sergio Espinoza, algo se nos pudrió en el camino.
Solamente soy uno de millones que de verdad esperamos una revolución, pero una revolución de conciencias. Por eso espero aportar mi granito de arena desde esta trinchera, sin extremismos, fundamentalismos o necedades sin fundamento; soy amante de la ciencia y la dialéctica, así que todo diálogo cordial y fructífero es bienvenido. Y relájense, a muchos no les critico su militancia closetera en el PRIAN.
¡Adelante México!
No lo hago por AMLO, por un hueso o por querer despegar mi carrera política, lo hago porque estoy convencido de lo que creo y como he dicho antes, por mi vocación de servicio; no me creo la Madre Teresa, Gandhi, ni mucho menos.
Lo que necesitamos es darnos cuenta de que nada está bien para millones de mexicanos: ni la educación, ni el empleo, ni la salud, ni el respeto al estado de derecho.
Ningún partido ha logrado sacarnos de la miseria, y muchos de los que somos privilegiados, estamos viendo como poco a poco nos integramos a ese círculo de pobreza. Por mi propia convicción de activista, sé que no puedo ser apático a los problemas que enfrenta la sociedad en la que me desenvuelvo, porque los seres que amo viven en ella.
En algún momento dije que me iría de México. Y sí, espero hacerlo, algún día. Pero no para quedarme con los brazos cruzados y para no regresar. No podría quedarme lejano a los problemas que aquejan a mi gente, porque cada vez que salgo a la calle me recuerdo a mí mismo los objetivos que me he planteado, ya que toda esa miseria esparcida en las esquinas, en contraste con opulencia de un puñado de personas, me hace reflexionar constantemente de que algo no funciona, y como dice mi estimado camarada internacionalista Sergio Espinoza, algo se nos pudrió en el camino.
Solamente soy uno de millones que de verdad esperamos una revolución, pero una revolución de conciencias. Por eso espero aportar mi granito de arena desde esta trinchera, sin extremismos, fundamentalismos o necedades sin fundamento; soy amante de la ciencia y la dialéctica, así que todo diálogo cordial y fructífero es bienvenido. Y relájense, a muchos no les critico su militancia closetera en el PRIAN.
¡Adelante México!
Por Nahúm Hernández Gallegos* (Napster_Gdl)
Tomado de Proyecto Diez
Foto:
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