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| Joaquín López Dóriga, presentador de Televisa |
En cualquier parte del mundo, es normal que cada medio de comunicación, ya sea electrónico o impreso, tenga una política editorial clara y bien definida. Lo anterior es fácil de comprobar hasta en países como el nuestro; no hace falta hablar sobre la línea de “Milenio”, “Proceso”, “Grupo Reforma”, “Grupo Imagen” por sólo citar a algunos para ejemplificar lo escrito.
Los manuales de periodismo recomiendan dar una crónica de la noticia y ya después, analizarla bajo la óptica que se desee; el público elegirá la opción de su preferencia en un sistema plural de medios.
El problema radica cuando la misma noticia es contada de distinta forma, por ejemplo, el día viernes 18 de enero la cadena CNN en español en su noticiero nocturno dirigido a México, muestra imágenes y cuenta cómo ha sido la sentencia a los mexicanos que se hicieron pasar por reporteros de Televisa para introducir dinero de forma ilegal a Nicaragua, finalizando con la confirmación de que el caso seguirá abierto a pesar de que se encontró culpables a los detenidos, para comprobar si existe o no vínculo de las personas juzgadas con la empresa de telecomunicaciones.
Justo con 15 minutos de diferencia, el noticiero conducido por Joaquín López Dóriga emitido por Televisa en su canal 2, contaba la historia de una forma muy diferente, pues ellos afirmaban que el juez de la nación centroamericana daba por cerrado el caso al darles 30 años de prisión a los mexicanos y no era necesario seguir investigando, pues ya estaba probado que entre los traficantes y Televisa no hay vínculo alguno. Al revisar la prensa escrita de mi país y escuchar noticieros radiofónicos, todos coinciden con CNN y no con Televisa.
La crítica al gigante de medios en México no es por su posición editorial, sino por la forma en cómo manipula la información, ya que una salida digna para Televisa era retomar la nota y no fijar ninguna postura ya que ellos juegan la función de juez y parte.
Aunque existe molestia por una buena parte de la población hacia Televisa por prácticas como la mencionada aquí, resultaría peligroso que el Estado fijara una posición al respecto y obligara a cada medio a publicar lo mismo, ya que eso nos llevaría al mismo escenario que hoy se denuncia aquí.
La solución pasa por fortalecer la radio y televisión pública, permitir que existan otros canales en el sistema de televisión abierta y quizá lo más importante, que todo eso suceda con mayor rapidez en las ciudades de menor tamaño en nuestro país, ya que alguien con pocas opciones de información se quedará con lo que ese único medio da. Hoy Televisa tiene asegurado casi el 100% de cobertura a nivel nacional, CNN no contó con esa penetración el viernes anterior.
Si a todo lo anterior le añadimos que durante el tiempo que llevamos con nueva administración Federal, la televisión de señal abierta ha minimizado los constantes ataques violentos entre policía y grupos ligados al narcotráfico, surge la sospecha sobre que desean y no emitir, ya que más de un experto en medios considera que si no se divulga, no existe.
La situación de Nicaragua y las notas elegidas por Televisa para mostrar en sus noticieros estelares, encienden una alarma que vuelve necesario la creación de nuevos medios que a la larga también compitan en igualdad de circunstancias.
Por Edmar Ariel Lezama (*)
(*) International Business Times
(*) International Business Times
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