Si estamos solos o no en este universo se acerca cada vez más a la luz. Quienes creen en los extraterrestres consideran que el hombre peca de orgullo cuando piensa que somos los únicos seres vivientes en un Universo que se extiende más allá de lo imaginable. Por contraparte, la Iglesia considera que somos los únicos creados a la imagen y semejanza de un único Dios.
La existencia de vida en otros planetas ha sido siempre una incógnita sin respuesta concreta. Al margen de apariciones de presuntos platillos voladores, inexplicables figuras en el suelo de la Tierra y testimonios de fanáticos, nada ni nadie podía hasta hoy, dar fe de que no estamos solos en el Universo. Un reciente descubrimiento de la NASA pone el tema en debate con información reveladora. Es el primer censo de planetas realizado por la NASA en la Vía Láctea, y con él la evidencia científica de que podría existir vida en otros cuerpos celestes. Según los primeros datos arrojados, hay al menos 50 mil millones de estos cuerpos en nuestra galaxia y aproximadamente 500 millones de planetas están en una zona donde podría haber vida porque las temperaturas no son tan extremas.
Estos planetas, como la Tierra, están ubicados en una zona con condiciones climáticas y temperaturas muy similares a nuestro mundo, por lo que es más que probable que exista la vida. La información fue arrojada por el buscador de planetas Kepler, construido por la NASA (agencia espacial estadounidense). El jefe de la misión de búsqueda, Kepler William Borucki, explicó que hasta ahora el telescopio ha encontrado 1,235 candidatos a planetas donde podría existir vida y aunque la misión principal no es estudiar cada cuerpo celeste que encuentre, sí lo es dar una idea de cuántos planetas puede haber en la galaxia, en especial aquellos que se parecen a la Tierra.
En su obra más popular, A Brief History of Time (Una Breve Historia del Tiempo), un texto de divulgación sobre el Universo y su evolución, Stephen Hawking, físico teórico reconocido internacionalmente por sus aportaciones en cuestiones de cosmología, agujeros negros y gravitación cuántica, sugería que "si llegamos a descubrir una teoría completa, sería el triunfo definitivo de la razón humana porque entonces conoceríamos la mente de Dios".
Los argumentos actuales de Hawking sugieren que ha roto con su visión anterior acerca de la religión, cuando sostenía que las leyes de la física significaban que sencillamente no era necesario creer que Dios hubiera intervenido en el Big Bang. Ahora destaca, por ejemplo, que el descubrimiento del primer planeta extrasolar, en 1992, ayudó a desmontar la visión de Isaac Newton de que el Universo no pudo surgir del caos sino que fue creado por Dios. Ese hallazgo "hace que las precisas condiciones de nuestro sistema planetario -el Sol único, la afortunada combinación de la distancia Sol-Tierra y la masa solar- sean mucho menos llamativas y en absoluto evidencias convincentes de que la Tierra fuera cuidadosamente diseñada para satisfacer a los seres humanos".
Así Newton le cede su lugar a Einstein, y llega la astrofísica y la física cuántica que inevitablemente nos lleva a ver el universo con otros ojos y también la idea de Dios. Insisto al decir que toda acción tiene una reacción en el Universo, aquél del cual todos formamos parte, y después de la teoría cuántica, ya entendemos que el Universo no es un reloj prefabricado compuesto por un gran relojero, todo está intimamente ligado, el aleteo de una mariposa puede desencadenar un terremoto en Sudamérica; todo lo que existe, cooexiste o preexiste.
Nada de lo que hagamos en nuestra vida diaria es insignificante ante la relación íntima que tenemos con la natuaraleza, con el Universo, con todos los seres humanos, nuestros actos trascienden más allá de lo que podemos percibir a simple vista. Todo importa, no es en vano decir que nuestros pensamientos mueven este planeta, porque lo que creamos que es posible, podemos lograrlo. Tampoco debería asustarnos o extrañarnos que haya vida más allá en otras galaxias de un Universo que es infinito.
Lo que sí nos une como una red invisible que sustenta toda la vida en el universo es el amor. Y esa red la conformamos tod@s, el afecto por la Tierra es una forma de practicar la conexión directa con el infinito , el amor universal.
Eva-María Schuster
Twitter @laahimsa
e-mail schustere@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario