1. Salieron los 14 jóvenes de la cárcel y son bienvenidos para continuar la lucha contra la corrupción, la mentira y la represión ejercida por del poder; pero los malditos gobernantes aprovecharon para resucitar una ley represiva más: el artículo 362 para imponer a los luchadores sociales “reincidentes”; sabe la burguesía que la mayoría somos “reincidentes” porque tan grande nuestra indignación, que nadie nos puede comprar menos prohibir salir a protestar en las calles. ¿Creen acaso que somos cobardes para –después de un sacudón- huir como tontitos a nuestras casas a ver tele? Los estudiantes fueron encarcelados por 27 días por luchar por la justicia y contra la imposición, pero los gobiernos de Peña Nieto y Marcelo Ebrard aprovecharon la situación para acusarlos de desmanes de los que no fueron culpables, siendo los mismos gobiernos los instrumentadores.
2. Los “vándalos” fueron un pueblo más, hace 1500 años; aparecen en la historia tan luchadores, como conquistadores, agresivos y subordinados en su tiempo. Sus enemigos –como siempre sucede- buscaron desprestigiarlos. Los izquierdistas reivindicamos a los anarquistas, comunistas, terroristas, agitadores, zapatistas, robavacas, nacos, indios, vándalos y demás enemigos del pensamiento racista y la sociedad capitalista. Así que decirnos vándalos, anarquistas o agitadores en un país capitalista, en un país de la desigualdad y la injusticia, es de mucha honra. Por ello preguntamos: ¿cómo un pueblo que es víctima de todos los males sociales, que por todos lados sufre injusticias, que apenas le alcanza para mal vivir, que puede observar que un puñado de empresarios y políticos se queda con la riqueza, no se rebela? Por eso somos agitadores de la conciencia.
3. No hay que buscar culpables individuales o personales fuera de los gobiernos y empresarios que siguen un política de provocación. Hay que preguntar primero: ¿Quién se ha encargado de incrementar el descontento de nuestro pueblo que siempre produce riquezas que nunca desfruta? ¿Quiénes son los que violentan el país robando y acumulando gigantescas riquezas mientras la población no tiene para comer? ¿Quién juzga a esos personajes que de manera consciente aplican políticas que producen la ira de la población? Por ello seguir indagando con afán persecutorio, a las gentes de abajo con criterios del poder, es seguir en la línea del sector dominante. En estas confrontaciones sólo hay un culpable: el poder económico y político que busca perdurar en su sitio a pesar de que representa los intereses de la minoría.
4. Los únicos culpables de las confrontaciones son los gobiernos que buscan impedir las protestas contra su corrupción y sus saqueos. ¿Por qué con muchos días de anticipación encierran sus actos políticos –como la toma de posesión presidencial- si dicen contar con el apoyo del pueblo? Saben los gobernantes que los pobladores están descontentos por la miseria y el desempleo que sufren, por eso donde se van a hacer los actos primero colocan miles de militares, gigantescas bardas, enormes cantidades de gas lacrimógeno, caballos, perros, para intimidar y evitar que la población proteste. Recuerdo que en los años sesenta, en vez de todo ese espectacular aparato represivo, detenían a 10 o 20 líderes sociales por los tres o seis días que estaría Kennedy, De Gaulle u otras visitas renombradas en el país. Hoy dado que la conciencia y el descontento han crecido, no alcanzarían los calabozos.
5. Giuliani, aquel policía fascista y ex alcalde de Nueva York en 2001, que trajo el policía Marcelo Ebrard a México, fue el que impuso la idea de “delincuencia cero” aconsejando métodos de control y represión. Él, obviamente, no hablaba de la delincuencia de los gobernantes o los empresarios que mantenían a la población oprimida y descontenta, sino de los pobres y miserables que salían a la calle a reclamar justicia. Ebrard declaró que fueron los empresarios quienes pagaron al fascista Giuliani, pero fue él quien lo propició valiéndole un carajo las condiciones de pobreza y miseria de la mayoría de la población. ¿Cómo influyeron esas enseñanzas en el nuevo mandatario de DF, Miguel Mancera, que se niega a retirar las acusaciones contra los presos del primero de diciembre? Pero el problema es que el PRD se ha vendido al PRI y al PAN para ser exactamente lo mismo.
6. Pero el pueblo mexicano sabe quienes haces las leyes, quienes las aprueban y cómo se ponen en práctica. ¿Qué significan las freses huecas de “respetar las leyes”, “el Estado de derecho” y “mantener la paz pública”, sino no someterse a la dictadura de la clase dominante? Está bien, deben haber leyes, pero sólo aquellas que sirvan a los trabajadores, a los explotados y desempleados del país integrado con el 80 por ciento de los pobladores; pero en México todas las Constituciones (de 1824, 1857, 1917) han estado al servicio de la propiedad privada, es decir, de los propietarios de las grandes riquezas, de diferentes gobiernos y partidos. ¿Qué hacen los tribunales, los jueces, los abogados, sino interpretarlas y acomodarlas a su favor para mantener el sistema de dominación. Así que no le sigan buscando seis pies al gato, si ya saben que la delincuencia está en la clase dominante. (28/XII/12)
Por Pedro Echeverría V.
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