Foto: OPT |
El 1 de diciembre se llevó a cabo la imposición del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. A través de la compra de votos, de las encuestas dirigidas, del apoyo de los medios de comunicación nacionales y extranjeros se ha fabricado la figura de Peña Nieto, quien sube al poder no sólo para darle continuidad a la política seguida por el gobierno de Felipe Calderón sino para profundizar la entrega de los intereses nacionales alcanzados en décadas de lucha.
La lucha y resistencia del pueblo, de los trabajadores y sus organizaciones permitió avanzar en la construcción de la soberanía nacional, en la conquista de los derechos sociales y laborales.
Fue la movilización del pueblo mexicano y los trabajadores lo que permitió que en 1938 se recuperara el control del petróleo, impulsando la creación de PEMEX como empresa nacional. En el curso de estas mismas luchas se logró la Reforma Agraria y se arrancó el derecho a la contratación colectiva; los derechos laborales expresados en la LFT son producto de la Revolución Mexicana. En 1946, el profesorado del país conquistó el derecho a la seguridad en el empleo, la plaza base, al momento de la creación del sindicato nacional del magisterio. México tomó el control de la industria eléctrica bajo control extranjero en 1960.
"Pacto por México", la depredación legalizada
Ante la crisis del régimen y a la par del impacto de la crisis financiera global se busca profundizar las políticas neoliberales, se pretende desmantelar y destruir las conquistas de la Nación y su soberanía a un nivel sin precedentes. Para hacer pasar las contrarreformas y medidas de austeridad impuestas desde los organismos financieros internacionales y mantener intocables los intereses de la oligarquía mexicana, Peña Nieto lanza una política de supuesta "unidad" nacional, comenzando por el “Pacto por México”, acuerdo cupular entre el PRI, PRD y PAN. En lo inmediato, dicho “Pacto” significa la aprobación en las Cámaras de las contrarreformas fiscal, energética, de la escuela pública y de seguridad nacional.
Para la contrarreforma fiscal, Peña Nieto anuncia la intención de aumentar el IVA y aplicarlo también a medicinas y alimentos. Gurría Ordóñez, secretario general de la OCDE, avanza la orientación de que aumente a 19 por ciento. Esta medida, junto con la pretensión de eliminar el subsidio a las gasolinas, provocará una catástrofe en el poder adquisitivo de las familias que viven de su trabajo.
En cuanto a la reforma energética, se trata de la apertura al capital extranjero y los grupos oligárquicos del país de renglones estratégicos de lo que queda por privatizar de PEMEX, el desmantelamiento y privatización de CFE, la entrega de la tierra a las compañías imperialistas que explotan las minas, los recursos hídricos y eólicos en perjuicio de las comunidades originarias y campesinas y del medio ambiente.
Con relación a la educación, la evaluación permanente que exige la OCDE, significa la destrucción del derecho a la estabilidad y seguridad en el empleo (eliminación de la plaza base), para un millón 200 mil profesores y profesoras. La pretensión de imponer la “autonomía de gestión” de las escuelas, es abandonar la responsabilidad del Estado en el mantenimiento de las mismas, promover el aumento de cuotas y conducir a la privatización.
Las reformas, de un régimen dictatorial
La "reforma" a la Ley orgánica de la Administración Pública Federal, crea una super secretaría de Gobernación, con un claro enfoque político-policíaco y represor. Los acontecimientos del 1 de diciembre, muestran que el “nuevo” PRI intenta instaurar un estado persecutor; el gobierno federal entrante montó un verdadero plan de provocación y represión, utilizó a sus "halcones" y sus infiltrados para propiciar que los cuerpos policiacos detuvieran y golpearan a jóvenes y paseantes, con el visto bueno y el apoyo logístico y material de los mandos policíacos del DF. Fue una provocación contra el movimiento #YoSoy132 y contra la juventud militante en general. El régimen intenta eliminar el derecho a la manifestación y a toda expresión política pacifica independiente, y necesita el aval político de las cúpulas de la izquierda partidista institucional, el sindicalismo –corporativo o no- y organizaciones sociales a quienes seguramente recurrirá en un futuro próximo. Es una amenaza contra el pueblo y los trabajadores.
En materia de seguridad nacional, continuará la denominada guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, con sus decenas de miles de muertos, miles de desaparecidos, guerra de desestabilización de la Nación.
El llamado “Pacto por México” en el terreno político quiere darle cobertura y legitimidad a un gobierno, el de Peña Nieto, que se ha instalado por medios fraudulentos. El pacto entre PRI PAN y PRD ofrece apoyo y unidad en torno al gobierno de Peña y le deja al PRD y al GDF el trabajo sucio en la represión como se comprobó el 1 de diciembre.
La Organización Política del Pueblo y los Trabajadores rechaza energicamente la política del “Pacto por México” que es en realidad un Pacto contra los intereses nacionales y contra los derechos sociales, laborales y democráticos del pueblo y los trabajadores mexicanos.
La organización de la resistencia nacional contra el nuevo gobierno usurpador encabezado por Enrique Peña Nieto, en el contexto del desastre nacional y de las crisis del capitalismo neoliberal, requiere de un conjunto de iniciativas políticas que hagan viable la unidad de todas o de buena parte de las fuerzas antineoliberales, un bloque opositor. También exige el desarrollo de iniciativas e instancias políticas, organizativas y extrainstitucionales, que contribuyan a la emergencia de sujetos político-sociales para la disputa de la conducción de la nación a partir de un programa de liberación nacional y emancipación social, antioligárquico y antiimperialista, desde procesos de construcción de poder popular, social y ciudadano.
El Pacto ‘ Desde Abajo’
Impulsaremos la convergencia de todas las expresiones que estén dispuestas a dar pie a un Pacto del Pueblo Mexicano por el rescate de la nación, que confronte el Pacto Neoliberal impulsado por Enrique Peña Nieto. Las fuerzas de la Convención Nacional Contra la Imposición, los firmantes de la Proclama, Morena o sectores de éste y de otros partidos; además de organizaciones civiles, de pequeños y medianos empresarios, referentes culturales y pueblos originarios, pueden ser punto de partida para una propuesta de gran unidad nacional frente al neoliberalismo y sus contrarreformas, contra la usurpación y por la revocación de mandato.
Abierta a todas y todos los que comparten una salida política pacífica y están dispuestos a desarrollar la desobediencia y la resistencia civil pacíficas, mismas que entendemos como parte de la movilización y manifestación de masas en la lucha política como método que reivindicamos. Que abandone todo sectarismo; todo resabio de infantilismo e izquierdismo; de anarcosindicalismos y soberbias doctrinarias y personales.
Convocamos a la construcción de un Pacto desde abajo, del pueblo mexicano contra el pacto de los de arriba, para hacer valer un Nuevo Proyecto de Nación basado en el poder popular, ciudadano y social, que haga efectivas la democracia desde el pueblo, la justicia social, la soberanía y la autonomía económica, política y cultural de la nación y la paz.
“Necesario articular todas las resistencias”
Nos proponemos articular como referente social al conjunto de trabajos político sociales que impulsamos a través de espacios que compartimos con diferentes agrupamientos en el proyecto de la Nueva Central de Trabajadores, la Asamblea de Afectados Ambientales, los Jóvenes ante la Emergencia Nacional, el Frente Nacional del Movimiento Urbano Popular, el Concejo Campesino Indígena, el movimiento de resistencia del SME y los movimientos de trabajadores de la educación agrupados en la CNTE, con los que compartimos el horizonte del poder popular, la liberación nacional y la emancipación social.
Desde este movimiento político de masas, con identidad definida, actuaremos en las diversas convergencias sectoriales, locales y nacionales. Su base territorial y su composición multisectorial serán decisivas para la organización de la resistencia civil activa y compartir una base social orgánica con la que la OPT esté comprometida, más allá de la lucha electoral tal y como está configurada por el actual régimen oligárquico y sus partidos. De esta manera, la OPT podrá ser realmente un instrumento político del movimiento social para la lucha por el gobierno y el poder, desde los procesos de construcción de poder popular, ciudadano y social que se desarrollan en el país.
Un aspecto político trascendente del abanico táctico-estratégico de la OPT será lograr su registro como partido político. A pesar de las limitaciones impuestas por el régimen oligárquico para el ejercicio de las libertades políticas y democráticas en las organizaciones gremiales, barriales, ciudadanas, comunitarias, culturales y en los procesos electorales, no podemos seguir dependiendo de los partidos de la izquierda electoral para la promoción de nuestros candidatos y programas de liberación nacional y emancipación social. Ni podemos seguir sujetos a sus caprichos y chantajes, a sus métodos que perpetúan la separación de la lucha social, de las reivindicaciones populares con respecto a la lucha electoral, que sólo refuncionalizan el actual sistema electoral y de partidos profundamente oligárquico y antidemocrático.
La lucha por el registro de la OPT como partido político es una lucha por una reforma democrática profunda. Como instrumento de la gran campaña de movilización nacional que haga valer desde ya, a través de las autonomías, las policías comunitarias, la organización independiente, la resistencia civil pacífica y las organizaciones de los trabajadores el tránsito a la democracia desde el pueblo; única garantía para hacer valer la soberanía nacional, las autonomías populares, la justicia social, la seguridad y la paz. Más allá de la participación electoral, la OPT quiere contribuir a llenar el vacío de una representación política partidaria del pueblo y los trabajadores y que en el marco de amplia unidad contra el neoliberalismo defiende los intereses del pueblo y los trabajadores y en última instancia la perspectiva de una democracia y poder populares.
Para todo esto es fundamental la coherencia entre el decir y el hacer. La dimensión ética y cultural de la política, de nuestro actuar cotidiano es decisiva, sin ella el pueblo se traiciona y especialmente nosotros. Servir al pueblo y a los trabajadores; saber y sentir las necesidades e intereses de la nación, de las personas que somos producto de un largo proceso humanizador de decenas de miles de años, es el principio para asumir el aquí y el ahora como parte de la lucha por la emancipación humana. Para ello debemos despojarnos de todo dogmatismo, aprender de nuestras historias, de todas, aunque en particular de las de nuestro pueblo, es fundamental. La nación mexicana y la humanidad toda están en riesgo; seamos dignos y fuertes para vencer, para no traicionarnos, para no robar, para no mentir, para trabajar, estudiar y servir.
Llamado a la resistencia nacional
La OPT llama al pueblo mexicano a organizar la resistencia nacional contra el nuevo gobierno usurpador encabezado por Enrique Peña Nieto, que pretende concluir el proceso de ocupación neocolonial desarrollado por Estados Unidos y otras potencias imperialistas en los últimos 30 años. Llamamos a resistir las políticas y contrarreformas neoliberales que nos despojan del petróleo, el agua, las minas, la tierra, de nuestros derechos sociales y de la propiedad pública y social de la nación, para entregarlas a la oligarquía mexicana y a las multinacionales estadounidenses, canadienses y españolas, entre otras. Convocamos a todos los trabajadores, formales e informales, del campo y la ciudad, a resistir y revertir la contrarreforma laboral y a organizar la lucha en cada lugar y centro de trabajo, contra las nuevas formas de explotación capitalista y de despojo del salario. Llamamos a los campesinos, a las naciones y comunidades indígenas, a los pobladores urbanos a defender el territorio, la soberanía alimentaria y los derechos ancestrales de comunidades y personas; a los jóvenes y mujeres a no rendirse en la lucha de sus derechos y esperanzas porque de ellos depende, en gran medida, la posibilidad de avanzar hacia la humanización del mundo.
En fin, convocamos a todos los agraviados por el capitalismo neoliberal, a las víctimas de las crisis económicas, ambientales y alimentarias; a las víctimas de la violencia, del terrorismo y la delincuencia solapada y promovida desde el estado mexicano y sus carteles por el clima de violencia e inseguridad; a quienes han sido ofendidos, calumniados, humillados y discriminados por los medios de comunicación al servicio del régimen oligárquico y vende patria, a los sectores medios y bajos de la burguesía que en la defensa de sus intereses compartan la lucha por la soberanía nacional y la dignidad humana, a la Unidad contra los causantes del desastre nacional; a la Unidad por el rescate de nación y de México; a la Unidad del Pueblo de México contra los neoliberales y su régimen oligárquico y contra los imperialistas que hoy invaden y ocupan nuestro país.
Ésta es la causa con la que está comprometida la Organización Política del Pueblo y los Trabajadores en su construcción como partido político y para eso hacemos partido político. A este esfuerzo es al que te invitamos a impulsar y construir conjuntamente.
*Editor responsable delProyecto de Declaración del Consejo Nacional de la OPT y activista de derechos humanos en Baja California, México.
losangelespress.org
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