Dos días después, este viernes 9, al dar a conocer los indicadores de ocupación y empleo al tercer trimestre del año, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) mostró la otra cara de la moneda:
–Aumentó la informalidad. En un año, del tercer trimestre de 2011 al tercer trimestre de 2012, unas 783 mil personas se sumaron a la informalidad, que acumula ya 14 millones 200 mil personas y representa 29.2% de la población ocupada.
Nada halagüeño el dato: de cada diez personas que tienen trabajo, tres lo hacen en el sector informal, es decir, sin prestaciones ni seguridad social.
–Más desempleo. Si bien en el mismo periodo el número de personas en el desempleo absoluto bajó de 2 millones 762 mil, en el tercer trimestre de 2011, a 2 millones 467 mil en el tercer trimestre de 2012, es decir, ahora hay unos 115 mil desempleados menos que hace un año, resulta que en comparación con el segundo trimestre de 2012 –en el que se registraron 2 millones 468 mil desempleados–, en el tercer trimestre –el que reporta hoy el INEGI– había 178 mil 513 más desempleados que en el trimestre previo.
En su reporte de hoy, el INEGI señala que la tasa de desocupación fue de 5.2% de la población económicamente activa (PEA), contra 5.6% registrado en el tercer trimestre de 2011.
Una disminución del desempleo en cuatro décimas de punto en un año. Pero el dato es irrelevante si se toma en cuenta que –información de la propia institución– en el segundo trimestre de este año el desempleo absoluto fue de 4.8% de la PEA.
Es decir, que el desempleo va en ascenso o, al menos, de un trimestre a otro creció en igualmente cuatro décimas de punto, de 4.8 a 5.2% de la PEA.
Pero esa es la tasa general de desempleo en el país. En las zonas más urbanizadas, con más de 100 mil habitantes, la tasa de desocupación alcanzó 6.1%.
–La subocupación, prácticamente sin cambios. Para el tercer trimestre de este año había 4.2 millones de personas subocupadas, es decir, que tienen un trabajo, pero tan insatisfactorio que andan a la caza de otro empleo o más horas de trabajo para conseguir un ingreso extra que les alcance al menos para comer.
Esos 4.2 millones de subocupados representan cerca de 8.7% de la población ocupada. En el mismo trimestre de 2011, la tasa fue de 8.9%, una magra disminución de apenas dos décimas porcentuales.
Otros datos relevantes del informe del INEGI son, por ejemplo, que ante la imposibilidad de emplearse en alguna empresa, unos 666 mil personas decidieron emplearse por cuenta propia para dar una cifra de 11.2 millones en esa condición, al tercer trimestre.
También, que el número de personas que trabajan pero no reciben remuneración alguna creció en un año en 133 mil, para sumar ahora 3.2 millones de no remunerados.
En cambio, el número de empleadores apenas creció en 13 mil personas, para sumar 2.3 millones.
También, que el número de trabajadores subordinados y remunerados aumentó en 1.1 millones, para alcanzar un total de 32 millones al tercer trimestre de este año.
Finalmente, el INEGI da cuenta de que del total de personas ocupadas en el país –48.7 millones–, cerca de 7%, es decir, 3.4 millones, trabajan menos de 15 horas semanales, mientras que 28.3% de los ocupados –casi 13.8 millones– trabajan más de 48 horas a la semana.
Por Carlos Acosta Córdova
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