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Dr. Héctor Zagal |
Uno de los temas más discutidos en mis ultimas reuniones con amigos y familiares ha sido este pequeño tropiezo que tuvo a bien suceder hace algunos dias, hablo de la finisima expresión de la señorita Paulina Peña…
Me indignó! lo acepto, pense en mi familia, en mi abuelo quién siempre fué un ejemplo de lucha y perseverancia, pense en todos esos, mis compañeros de trabajo, mis amigos y toda esa gente que todos los dias desfilamos hacia nuestro trabajo con las ilusiones a flor de piel, con ese eterno sueño de un pais mejor para nuestras familias, hijos, esposas, etc. Después me sentí tranquilo porque entendi, con gusto, que la educación no conoce de clases sociales…
Ok, me devié del tema; al leer una y otra vez esta carta me surgio una duda, ¿Quién es Héctor Zagal?. He de confesar que no soy una persona que derrocha cultura, he de confesar que no soy un gran lector y he de confesar que no tenia idea de quién pudo escribir este texto con tanto impacto en las personas.
Citando a Wikipedia:
Héctor Jesús Zagal Arreguín (6 de junio de 1966), es un filósofo y escritor mexicano especializado en Aristóteles. Ha escrito libros sobre ecología, ética, gastronomía y cultura. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Navarra, con una tesis sobre la epagogé en Aristóteles y ha escrito varios artículos y libros sobre Áristoteles. También ha escrito sobre diferentes temas de cultura, política, historia del arte y literatura. Ganó popularidad durante las elecciones generales de México de 2006, cuando escribió dos libros sobre dos candidatos.
Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Ha tenido estancias postdoctorales en la Universidad de Notre Dame y en la Universidad de Navarra, España. Ha sido conferencista invitado de distintas universidades de Europa, Estados Unidos de América y Latinoamérica. Además de su investigación filosófica realiza un continuo trabajo en la difusión de las humanidades y su aplicación a la política, la cultura y la empresa.
Es editor de la revista de filosofía de la Universidad Panamericana Tópicos. Es miembro del consejo editorial de la revista filosófica Themata (Sevilla, España); de la revista Logo (de la Asociación Española de Estudios sobre Lengua, Pensamiento y Cultura Clásica). Fue miembro del comité de Ciencias Humanas y de la Conducta del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (Conacyt) y miembro del consejo de dirección de la revista Istmo. Actualmente es miembro de la comisión dictaminadora del Instituto de Investigaciónes Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1997 obtuvo el Premio Nacional de Ensayo “Raúl Rangel Frías” en coautoría con Luis Xavier López-Farjeat con un trabajo sobre la identidad nacional, que fue publicado con el título Dos aproximaciones estéticas a la identidad nacional. Con ocasión del centenario de Borges compiló el libro Ocho ensayos sobre Borges.
Este es el famoso texto:
Querida Paulina Peña Pretelini
No tengo el gusto de conocerte personalmente. No sé cómo eres, desconozco tus cualidades, tus aficiones, tus intereses. Entiendo tu molestia al escuchar las críticas a tu padre, Enrique Peña Nieto. Son gajes del oficio. Deberás irte acostumbrando a los ataques contra él. En una democracia, la crítica es un ejercicio fundamental. Tu padre es una figura pública y, por ende, sus actos serán juzgados con rigor. “¿Por qué son tan duros con él?”, te preguntarás. Bueno, los funcionarios públicos ganan mucho dinero. Hay miles de personas dispuestas a sufrir críticas y cuestionamientos con tal de figurar en la nómina oficial. El sueldo bien vale esos golpes. ¿No?
Pero no es de tu padre de quien quiero hablar, sino de ti. ¿Te confieso algo? Me aterra que hayas utilizado la expresión “hijos de la prole” como un insulto. Insisto, es disculpable que te enfades por la burla hacia tu padre. No me asustaría que los llamaras “babosos”, “tontos”. Es más, no me preocupa el que nos hayas llamado “pendejos”. En cambio, no se puede excusar tu menosprecio a los hijos de los trabajadores, de los obreros.
¿Oíste del escándalo de las Ladies de Polanco? Descalificaron a un policía llamándolo “asalariado”. Algo similar hiciste tú: descalificas a la mitad del país por su condición social. ¿Qué tiene de malo ser hijo de un obrero? Sabes, yo soy nieto de un minero, un proletario. No me da vergüenza decirlo. ¿Te avergonzarías de tu padre si fuese un vendedor de tamales o un plomero?
Tu padre, que ha leído la Biblia, te puede recordar una frase de Jesús en el Evangelio: “De la abundancia del corazón, hablará la boca”. Sin pretenderlo, con tus palabras has revelado tu clasismo. Desprecias el trabajo manual. Minusvaloras a quienes se mantienen con su esfuerzo. ¡Qué tristeza que así piense la hija de un candidato presidencial!
“Hijos de la prole” son, en efecto, quienes estudiaron en escuelas públicas, quienes utilizan el metro, quienes no comen cortes argentinos ni quesos españoles, quienes no utilizan zapatos de miles de pesos, quienes no se atienden en el hospital ABC, quienes no viajan en helicóptero. Los hijos de la prole, por el contrario, deben de hacer largas horas de filas en las clínicas del seguro social, deben de comer carbohidratos (tortillas), deben de estudiar en salones sin computadoras, deben de apretujarse en los transportes públicos. Los hijos de la prole, querida Paulina, ganan en un año lo que tu padre gana en una semana.
Cuando leas estas líneas haz el siguiente ejercicio. Revisa lo que llevas puesto encima: perfume, cremas, desodorante, ropa, zapatos, celulares, aretes. Suma el total. ¿Sabes que traes encima más de lo que una indígena gana durante un año de trabajo duro?
Paulina, me da terror que pienses así. Tu lapsus reveló tu “realidad”: vives en una burbuja color de rosa. “Hijos de la prole” no es un insulto, sino un título honorable. Este país, que tu padre aspira a gobernar, depende de los obreros, de los campesinos, de los empleados, depende de esas personas a quienes menosprecias.
Ojalá este gravísimo desliz, no sea fruto de la educación que recibiste en casa. Ojalá y sea culpa tuya, fruto de tu arrogancia (tan propia, eso sí, de la clase alta mexicana). ¿Qué será de México si lo llega a gobernar una persona que desprecia al proletariado?
Mira Paulina, me parece que por tu bien, debes inscribirte en una escuela pública, reducir tu escolta al mínimo, tomar el metro en horas pico, y ponerte a trabajar. Por si no lo sabes, muchos de los “hijos de la prole” se pagan sus estudios con su trabajo: los hay campesinos, vendedores, obreros. Algunos trabajan desde niños (ojalá no fuese así, dicho sea de paso).
Paulina, has puesto en riesgo el futuro político de tu padre. Pero lo que es más grave: si los jóvenes pudientes de México piensan como tú, ponen en peligro en riesgo el futuro de México.
¿Y que sucedió?, al menos a mi me alivió leer estas letras, al menos yo me sentí expresado, al menos alguien que tiene el poder de las letras tomo en su pluma toda la indignación de muchos Mexicanos y la transmitio de una forma simple, como es la voz del pueblo.
Al parecer nos sentimos (los Mexicanos) indefensos, mudos y apreciamos en mucho este tipo de actos, por personas que al parecer sienten y viven este país, no soy un detractor de Peña Nieto, ni de López Obrador, ni de algun otro candidato, simplemente me gustaria como a muchos otros que los señores candidatos de verdad quieran a este país…
http://blogmexicoloko.com/
Diciembre 23 de 2011
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