Imaginen nada más: el movimiento estudiantil Yo soy 132 nació en mayo luchando contra Televisa y la imposición de Enrique Peña Nieto como candidato del PRI y la misma televisora. Durante dos meses –con más de 20 poderosos actos de protestas- logró sacudir la conciencia nacional y conseguir muchos apoyos que –de paso, sin proponérselo- le dieron fuerza al movimiento progresista y en parte al PAN. Pero realizadas las elecciones del 1 de julio y habiéndose declarado a Peña Nieto como presidente electo, la lucha justa y honesta del 132, fue abarcando más objetivos con el fin de lograr mejor cobertura. Prendió su movimiento en todo el país, aunque sólo se consolidó en los estados con mayor lucha social. Pero el 132 no podía quedar estancado porque su gran objetivo, el combate contra la manipulación que ejercen los medios, no ha logrado por lo menos disminuirlo. La batalla tiene que seguir.
2. El peor golpe sufrido por el movimiento de parte del gobierno y los empresarios –muchos ya lo esperábamos, porque era obvio- era lograr alejar a los estudiantes de universidades privadas de los de las escuelas públicas. ¿Cómo poder aceptar que los padres de esos muchachos sigan en sus cargos como gobernantes u hombres de negocios? Pero los estudiantes, a pesar del retiro de los “hijos de papi”, se han reagrupado, continuado con sus grandes asambleas, con sus guardias en los campamentos, sus visitas a los estados y cumpliendo decenas de comisiones de apoyo a las luchas sociales. Sin embargo, después de las reuniones masivas realizadas en San Salvador Atenco y en Oaxaca, Televisa y el gobierno han estado golpeando con mucha habilidad sus visitas en los estados y sus apoyos solidarios con las luchas sociales. Ayer en mi artículo hice un comentario sobre la contratación de un dirigente del 132, Antonio Attolini, por Televisa.
3. Hoy Denise Dresser habló del movimiento #Yosoy132; lo calificó como diluido y radicalizado, sobre todo (dijo) cuando realizó alianzas con la Coordinadora (la CNTE), el Sindicato de electricistas (SME) y los movimientos que se reunieron en Atenco. Apuntó: “Me entristece porque creo que de haber seguido adelante con la sola agenda de la democratización de los medios, habrían logrado mantener su identidad y un mayor grado de apoyo social, el cual han ido perdiendo con el paso del tiempo, lamentablemente a mi juicio”; también relató que fue testigo de la creación de este grupo y que fue maestra de Antonio Attolini, en el ITAM. Dresser ha tenido una carrera ascendente en muchos medios de información en los últimos cinco años y, siendo crítica del PRI y del lópezobradorismo, le ha disgustado el movimiento de masas y, en el caso de Yo soy 132, dice que le agradaría que sea muy puro, muy limpio y que no alíe sus luchas con los radicales.
4. Obviamente la Dresser no es una intelectual de izquierda, sino de derecha. Lo que ha pasado es que escribe cosas interesantes contra el PRI y de crítica contra el “populismo” de AMLO que la colocan en la misma línea de Paz, Krauze y todos los intelectuales que exigen actitudes elevadas a la izquierda; por eso su discurso es esencialmente de un derechismo muy anticuado que busca las buenas conciencias, formas y costumbres, el buen vestido y presentación. Ella escribe y habla correctamente, realiza cientos de viajes al extranjero y por muchas ciudades del país impartiendo conferencias, pero no deja de pensar en la “alta política”, en la “política culta” que complican las manifestaciones, bloqueos o tomas de edificios. Por eso ha repetido varias veces que está decepcionada del “Yo soy 132” desde que comenzó a reunirse con las organizaciones radicales como la Coordinadora, Atenco y los electricistas.
5. Me recuerda a los escritores Octavio Paz y Enrique Krauze que nunca se han considerado derechistas y el primero dijo siempre que era de izquierda pero que no comulgaba con el falso socialismo o el socialismo no democrático. Pero se entregaron estos escritores tanto a Televisa que en lugar de ser una buena tribuna para expandir sus ideas, la empresa se los comió convirtiéndolos en simples figuras domesticadas a su servicio. Por ello la rebeldía e independencia del movimiento 132 es insoportable para el poder y por eso se le acusa de radical y se busca acabarlo. Por eso las declaraciones de Attolini y su maestra la Dresser son alarmantes en estos momentos. La realidad es que a un movimiento de masas no debería importarle, pero tampoco puede dejar de denunciar que Televisa, el PRI y Peña, tratan de destruirlos.
6. El movimiento Yo soy 132 es mucho más grande que los del PRI, Televisa, la Dresser, Attolini o el panismo porque sus objetivos están plenamente identificados los con los del sector mayoritario de la población. Se puede salir a las calles a gritar y a luchar –con la cara en alto- cuando se lucha por los intereses evidentemente mayoritarios, pero no se puede hacer lo mismo cuando se están defendiendo intereses inconfesables. En tanto el capitalismo sea poderoso en todos los campos, las minorías seguirán imponiéndose en lo económico e impulsando a los gobiernos que necesitan, tal como lo hizo el PRI y Televisa; pero las batallas como las del 132, la Coordinadora, Atenco, los electricistas, mineros y demás, continuarán. Por eso hay que apoyar todas las luchas en todos los sectores de los trabajadores y estudiantes. (26/X/12)
Por Pedro Echeverría V.
http://pedroecheverriav.wordpress.com
pedroe@cablered.net.mx
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