No piensan dejar de visitar todos los lugares posibles y van dispuestas a plantarse con las fotografías de sus familiares en plazas, hospitales, morgues, consulados y hasta en prostíbulos, por si sus hijas fueron víctimas de redes de trata.
Son las 55 madres centroamericanas que el sábado partieron en caravana en un recorrido que las llevará por 14 estados de México. Entre ellas va la nicaragüense Marta Elena Pérez, quien busca a su hija Karla Patricia Pérez, de 37 años, quien dejó en Chinandega a cuatro hijos.
“Era la primera vez que intentaba llegar a Estados Unidos. La última vez que supe de ella fue en el 2005, estaba en un hotel en Ciudad Juárez y dijo que había estado en una casa de migrantes en Nuevo Laredo, y que pronto iba a pasar”, dijo. Nunca más volvió a saber de ella.
Un sacerdote nicaragüense
El esfuerzo de búsqueda es coordinado por la Pastoral de Movilidad Humana (PMH) de la Iglesia Católica y la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala, para exigir a los gobiernos la creación de mecanismos que agilicen la búsqueda de los migrantes desaparecidos, explicó el sacerdote nicaragüense José Luis González.
“Que los estados se interesen no solo en las remesas de los migrantes, sino también en el dolor de las familias, que le den más valor al dolor que al dólar”, expresó el religioso, quien indicó que en México andan 28 madres hondureñas, 20 nicaragüenses y siete guatemaltecas que no saben nada de sus hijos que partieron desde diferentes países con rumbo a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
Los riesgos para los migrantes rumbo a EE. UU., se han incrementado en los últimos años, resaltó el sacerdote Mauro Verzeletti, coordinador de la PMH, “a causa del crimen organizado, el narcotráfico y las políticas represivas de los estados que alientan la migración, como en el caso de las muertes en Totonicapán”.
Son muchos miles no documentados
Según Lidia Diego, originaría de Ixcán, Quiché, esta será la segunda vez que abandonará el país; la primera fue en los años 80, durante el conflicto armado, cuando tuvo que refugiarse en México. En esta ocasión irá esa nación para buscar a su hija Leonora Morales Diego, quien partió cuando tenía 16 años.
De acuerdo con el padre González, en los últimos seis meses la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México reporta 11 mil 333 casos de secuestros de migrantes centroamericanos en ese país; sin embargo, en las naciones de origen muy pocas veces se documentan.
Flora Reynosa, defensora de la población migrante de la Procuraduría de los Derechos Humanos, indicó que se registran cerca de 200 desapariciones en Guatemala. En algunas oportunidades se llega a identificar a migrantes en hechos trágicos, como en la masacre de 72 latinoamericanos, perpetrada en agosto del 2010 en Tamaulipas, México, pero “muchas veces no se denuncia la desaparición por el temor a las extorsiones del crimen organizado”, expuso.
elcronistadigital.com
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