La Romería de Zapopan es un fenómeno religioso de masas que solo puede ser comparado con la del 12 de Diciembre. “Aun cuando la gente no ha perdido la fe, sí es notable su disminución y la participación colectiva, ya que la gente prefiere más el rito individual al comunitario”, señala el investigador del Departamento de Filosofía, adscrito al Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara, doctor Fabián Acosta Rico.
Explica que tanto el fervor que suscita la virgen de Guadalupe (12 de Diciembre) como la de Zapopan (12 de Octubre) revisten relevancia más allá de su fenómeno religioso. “La virgen de Guadalupe aparece en la conformación de la nación mexicana, lo mismo ocurre con la virgen de Zapopan al fundarse el estado de Jalisco. Ésta fue señalada, incluso en un documento con trascendencia histórica, como la defensora de la ciudad, reiterando lo que la fe popular ya le tenía, que era la protectora contra las calamidades y plagas”, dijo el académico.
Acosta Rico señala que aunque ambas figuras marianas tienen su trascendencia histórica, en el caso de la virgen de Zapopan es notable la disminución de fieles que ahora salen a las calles para acompañarla en su recorrido de la Catedral de Guadalajara a su recinto en Zapopan: “La Romería sigue siendo un acto multitudinario, pero no es el mismo de hace 15, 20 o 30 años. La tradición ya no tiene ese tránsito, y al parecer las nuevas generaciones ya no tomaron la estafeta. Quizá la fe continúa, pero la práctica religiosa de salir a la calle ya dejó de tener atractivo”.
El investigador añade que vivimos ahora en un marco de tolerancia religiosa y cada vez más hay prácticas religiosas personales. “Mucha gente siente que se pierde en la multitud y quiere mejor tener un contacto íntimo con su fe. Tal vez por la misma inseguridad, la tendencia prefiere hacer ritos más domésticos y menos masivos y colectivos. Insisto: no es que se pierda la fe en la virgen, sino lo que ha perdido fuerza es el rito masivo, por otras más de orden personal o comunitario”, dijo.
Acosta Rico agrega que algunos investigadores han señalado la disminución de creyentes católicos, “eso puede constatarse sin ningún problema. Datos hablan de hasta 20 por ciento en los últimos años. Basta ver cómo los practicantes disminuyen cada vez su participación en bautizos de sus niños. Pero donde sí se nota que van a la baja las prácticas católicas es en el número de matrimonios religiosos, pues entre parejas católicas casi 40 por ciento optan solo por la unión civil”, dijo.
Fuente: mediosudg.mx
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