Ya hace por lo menos un par de años que no nos movilizábamos, que no agitábamos, que no protestábamos, y habiendo obtenido exitosamente la Ley 747 de Protección y Bienestar Animal, pensábamos que ya no iba a ser necesario.
En los últimos cuatro años, el gobierno ha definido y demostrado que la Protección y Bienestar Animal son políticas de estado en Nicaragua. La inclusión del maltrato animal en el Código Penal (2008), la adhesión de Nicaragua como estado a la Declaración Universal de Bienestar Animal (2010), la aprobación de la Ley 747 de Protección y Bienestar de Animales Domésticos y Salvajes Domesticados (2011), la adhesión de Nicaragua como estado a la Declaración Universal de la Madre Tierra (2011) y la aprobación última de la Ley de Biodiversidad (2012).
Con estas acciones, se muestra una tendencia clara a incluir el Bienestar Animal como política de estado y hacerlo con fuerza de Ley, incluyéndolo de inicio como figura criminosa delictiva al formar parte del Código Penal.
Pero -siempre hay un pero-, estamos hablando y ponderando una actitud del estado, del Poder Ejecutivo realmente encomiable, una actitud moderna y acorde con una era de paz entre seres humanos y especies signada, ansiada y reclamada para este siglo XXI. Pero el estado abajo, el estado conformado por la constelación de gobiernos municipales, el estado integrado por sus ministerios, aún no ha caído en cuenta de las políticas que el Poder Ejecutivo muestra claramente a Nicaragua y al mundo.
Es cierto que hay entidades del estado que son claras del mensaje recibido y luchan a brazo partido por los derechos de los animales, como la Procuraduría General de la República. Es cierto que existen algunas alcaldías ponderables y elogiables, como la de La Libertad, que obligó mediante decreto a que todos los poseedores de caballos tuvieran en su casa un techo para los mismos.
Como la de Granada, que tiene incluso ordenanzas regulatorias del trato y salud de los caballos de carretoneros y cocheros; como la de Diriamba, que prohibió el tope de toros, o la de Nindirí, que prohibió las carreras de patos. Cuatro alcaldías respetuosas de la ley, cuatro alcaldías a las que los animales les importan, ¿y el resto? Son 153 alcaldías.
A las alcaldías de Granada, Masaya, Nagarote, Ciudad Sandino, Mateare, León, Juigalpa, Matagalpa, Diriamba, Jinotega y Managua, les hemos presentado tres proyectos de ordenanza: “Carga máxima de caballos de carretones”, “Tenencia responsable de animales” y “Regulación de la venta de animales”. Esto en los últimos dos años. ¿Y? Ahí están, engavetadas, ni siquiera figuran en la agenda de discusión de los concejos municipales.
A la Alcaldía de Managua además le presentamos otro proyecto acerca del Registro de Animales del municipio, cumpliendo con el Artículo 13 de la Ley 747…. ¿Y?
Al Magfor le hemos presentado elementos acerca de la regulación del control de ingreso al país de circos con animales y requisitos para la habilitación de zoológicos en el país. ¿Y?
El MINSA, de a ratos continúa con sus matanzas de perros, como ocurrió en Diriamba este año y sucede en los mercados de Chinandega y otros mercados nacionales.
No tenemos la pretensión ni la arrogancia de que aprueben las ordenanzas, decretos y reglamentos presentados así como así, pero sí exigimos, que sean consideradas, discutidas, batidas y rebatidas, para poder tener los elementos necesarios a fin de lograr que la ley se cumpla.
Es por esto que salimos nuevamente a la calle.
Porque queremos que salgan nuestras propuestas de las gavetas y comiencen los procesos deliberativos que lleven a tener los elementos necesarios para hacer cumplir la Ley.
El 6 de octubre todos a la calle, a las 3:00 pm nos concentramos en la rotonda de La Virgen y saldremos marchando hacia Multicentro Las Américas, donde realizaremos además un festival y una pasarela por los derechos de los animales.
¡Porque los animales nos importan!
Por Dr. Enrique Rimbaud
elcronistadigital.com
Septiembre 26 de 2012
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