El presidente Felipe Calderón aplicó mal la estrategia de lucha contra el narcotráfico al concentrarse excesivamente en la fuerza y descuidar el aspecto social y el control de las vías de financiación de los cárteles, sostiene Ricardo Ravelo, autor de varios libros sobre el crimen organizado en México.
Ravelo presenta esta semana en Madrid su último libro “Narcomex. Historia e historias de una guerra” (editorial Debate), que narra cómo los cárteles de la droga se han infiltrado en las instituciones de México hasta convertirlo en un estado que “no tiene capacidad para garantizar a la gente ni la vida ni el patrimonio”.
El periodista colaborador de los semanarios mexicanos “Proceso” y “Variopinto”, que ganó en 2008 por sus reportajes el Premio Nacional de Periodismo, traza una visión sombría de la situación del país y un balance demoledor de la guerra lanzada por el jefe de estado saliente contra los cárteles de la droga.
En una entrevista con Efe en Madrid, sostuvo que cuando llegó al poder Calderón había seis cárteles y hoy operan catorce, que “son una amenaza a la gobernabilidad”.
Y en el epílogo de su libro concluye: “la lucha contra el crimen partió de un objetivo: garantizar la seguridad del país y rescatar los espacios públicos. Nada se ha cumplido”.
Hoy, Ravelo explicó a Efe que el fallo de Calderón estuvo en que la guerra que lanzó fue “una estrategia mal aplicada, ya que el crimen organizado no se combate únicamente con la fuerza sino también con atención social, recomposición de las fuerzas policiales y lucha contra el lavado de dinero”.
“No es posible combatir el crimen organizado sin golpear el nervio financiero que le da soporte”, subrayó a Efe el investigador, que cree que el presidente saliente se concentró en exceso en la fuerza y dejó de lado aspectos vitales, como la atención social.
Al final -señaló- , “se estima que va a cerrar su etapa con unos 85 mil muertos” y con “la gran duda de si todos ellos tienen que ver o no con el narcotráfico”.
En este sentido, destacó que en su país los cárteles se han convertido en algunas zonas “en benefactores sociales que ocupan el vacío que dejó el poder político en la sociedad”,
“Hay regiones en las que, por desgracia, la gente cree más en el narcotraficante que en el Gobierno”, lo que conlleva el grave problema de que la sociedad se vuelve “protectora del crimen organizado” a cambio de recibir apoyos puntuales, como la construcción de una carretera o una escuela, o medicamentos.
Según Ravelo, el 80 por ciento de las autoridades de los entorno a 2 mil 300 municipios que conforman el territorio mexicano “tienen una vinculación directa con el crimen organizado”.
Sobre la nueva etapa que abrirá la llegada de Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que asumirá la Presidencia en diciembre, cree que “la estrategia no va a variar mucho” ya que el “Ejército se mantendrá en las calles”.
“Es una decisión quizás no muy afortunada, pero no tiene otra alternativa” ante la falta de “una policía confiable”, mientras que el ejército “es la institución más confiable y la única que puede garantizarnos la seguridad”, señaló.
Ravelo sostiene que para tener éxito, el presidente electo tendrá que reorientar la estrategia y establecer “una atención social urgente” en las distintas zonas del país, golpear las redes de financiación y lavado de dinero del narcotráfico y mejorar la cooperación internacional.
Destacó como un “eje esencial” la cooperación con otros países afectados por el problema, especialmente Colombia, Perú y Venezuela, además de la de EEUU.
En este contexto, Ravelo defiende la necesidad de una “estrategia a nivel de continente”, de toda América, y vencer muchos obstáculos existentes en la actualidad como la resistencia de los países a compartir la información de que disponen, “porque hay todavía niveles de desconfianza que impiden una mayor cooperación” y sigue habiendo “vacíos” que aprovecha el narcotráfico.
El retorno del PRI al poder después de un paréntesis de doce años, abre “por un lado la esperanza de un cambio, y por otro el temor de regresar al pasado, a las viejas prácticas de pactar con el narcotráfico y con ello devolverle la paz al país”, señaló Ravelo.
En este sentido dijo que “estos temores han sido alentados por las declaraciones del propio Enrique Peña Nieto, que ha dicho que lo primero que va a hacer al tomar posesión el 1 de diciembre es trabajar en bajar los niveles de violencia”.
“Si esto llega a ocurrir y pronto, nadie va a creer que sea producto de una estrategia eficaz”, sino que se interpretaría que sería “producto de una negociación con todos los grupos delictivos que actúan que operan allá”, añadió el autor de “Narcomex”.
Efe
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