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"Los pueblos, en su esfuerzo constante porque triunfen los ideales de libertad y justicia, se ven precisados en determinados momentos históricos a realizar los mayores sacrificios.
Nuestra querida patria ha llegado a unos de esos momentos: una tiranía que los mexicanos no estábamos acostumbrados a sufrir, desde que conquistamos nuestra Independencia, nos oprime de tal manera, que ha llegado a hacerse intolerable. A cambio de esa tiranía se nos ofrece la paz, pero es una paz vergonzosa para el Pueblo Mexicano, porque no tiene por base el derecho, sino la fuerza; porque no tiene por objeto el engrandecimiento y la prosperidad de la patria sino enriquecer a un pequeño grupo que abusando de su influencia, ha convertido los puestos públicos en fuente de beneficios exclusivamente personales, explotando sin escrúpulos todas las concesiones y contratos lucrativos.
Tanto el Poder Legislativo como el Judicial están totalmente supeditados al ejecutivo; la división de Poderes, la soberanía de los Estados, la libertad de los ayuntamientos y los derechos del ciudadano sólo existen escritos en nuestra Carta Magna pero de hecho, en México casi puede decirse que reina constantemente la Ley Marcial; la justicia, en vez de impartir protección al débil, sólo sirve para legalizar los despojos que comete el fuerte; los jueces en vez de ser los representantes de la Justicia, son agentes del Ejecutivo, cuyos intereses sirven fielmente; las Cámaras de la Unión no tienen otra voluntad que la del Dictador; los gobernadores de los Estados son designados por él y ellos a su vez designan e imponen de igual manera las autoridades municipales.
De esto resulta que todo el engranaje administrativo, judicial y legislativo obedece a una sola voluntad, al capricho del General Porfirio Díaz".
Lo que han escuchado, son los primero párrafos del Plan de San Luis promulgado por Francisco I Madero cuando convocó a la Revolución de 1910. La similitud con la situación actual deja sin aliento. Con la diferencia que hoy la imposición la consuma el PRIAN y que hoy, ni la paz indigna del porfiriato se nos ofrece.
Hoy como ayer, los negocios al cobijo del poder son la constante, políticos encumbrados y grandes empresarios, así como familiares de ambos, se enriquecen rematando el patrimonio nacional, medrando con éste. Se han hecho millonarios sangrando PEMEX, CFE, privatizando los ferrocarriles, las telecomunicaciones, la banca, la educación, la salud, el agua, las carreteras. Han destrozado la planta productiva del campo y la ciudad y, pretenden hacer de México el "outsourcing y el outlet de la fuerza de trabajo", anglicismos para definir a la esclavitud del siglo XXI.
Pero volvamos a Madero y el Plan de San Luis: "En México, como República democrática, el Poder Público no puede tener otro origen ni otra base que la voluntad nacional y ésta no puede ser supeditada a fórmulas llevadas a cabo de modo fraudulento…
Por este motivo, el Pueblo Mexicano ha protestado contra la ilegalidad de las últimas elecciones, queriendo emplear sucesivamente todos los recursos que ofrecen las leyes de la República, en la debida forma, pidió la nulidad de las elecciones ante la Cámara de Diputados, a pesar de que no reconocía en dicho cuerpo un origen legítimo y de que sabía de antemano que no siendo sus miembros representantes del pueblo, sólo acatarían la voluntad del General Díaz a quien exclusivamente deben su investidura (hoy es el TEPJF que debe al PRIAN su designación).
En tal estado de cosas, el Pueblo, que es el único soberano, también protestó de un modo enérgico contra las elecciones, en imponentes manifestaciones llevadas a cabo en diversos puntos de la República y si éstas no se generalizaron en todo el Territorio nacional, fue debido a la terrible presión ejercida por el gobierno que siempre ahoga en sangre cualquier manifestación democrática. Como pasó en Puebla, Veracruz, Tlaxcala, México y otras partes.
Pero esta situación violenta e ilegal no puede subsistir más".
Nuevamente las palabras y el llamado de Madero parecen hechos para este momento. Las elecciones en nuestro país fueron absolutamente ilegales y fraudulentas. De hecho, está cerrada la vía electoral para acceder a la presidencia de la República si el pueblo opta por un candidato surgido de las filas de la izquierda mexicana. En 1988 se burlaron de la voluntad popular que decidió que Cuauhtémoc Cárdenas fuera presidente de la República. En 2006 volvieron a burlar al pueblo negando su derecho a decidir que fuera Andrés Manuel López Obrador presidente de la República y ahora, lo han vuelto a realizar en los pasados comicios de julio de 2012.
Adelantamos que al afirmar que la vía electoral está cerrada para acceder a la presidencia de la República para quien no sea postulado por el PRIAN, no negamos nuestra vocación pacífica y democrática . De igual manera, esa afirmación no determina un camino diferente de acceso al poder que el de las elecciones. Plantea en todo caso, la necesidad de abrir los cauces democráticos en nuestro país, por la vía pacífica, para que se respete la voluntad popular.
Continuamos con Madero y el Plan de San Luis: " Con toda honradez declaro que consideraría una debilidad de mi parte y una traición al pueblo que en mí ha depositado su confianza, no ponerme al frente de mis conciudadanos, quienes ansiosamente me llaman de todas partes del país, para obligar al General Díaz, por medio de las armas a que se respete la voluntad nacional. .. he designado el domingo 20 del entrante noviembre para que de las 6 de la tarde en adelante, se levanten en armas bajo el siguiente plan:
1. Se declaran nulas las elecciones de Presidente y Vicepresidente de la República…
2. Se desconoce el actual gobierno…."
CONCIUDADANOS: Si os convoco a que toméis las armas y derroquéis al gobierno del Gral. Díaz, no es solamente por el atentado que cometió durante las últimas elecciones, sino para salvar a la patria del porvenir sombrío que la espera, continuando bajo su dictadura y bajo el gobierno de la nefanda oligarquía científica, que sin escrúpulos y a gran prisa están absorbiendo y lapidando los recursos Nacionales, si permitimos que continúen en el poder, en un plazo muy breve habrán completado su obra; habrán llevado al pueblo a la ignorancia y lo habrán envilecido; le habrán chupado todas su riquezas y dejándolo en la más absoluta miseria; habrán causado la bancarrota de nuestras finanzas y la deshonra de nuestra patria, que débil, empobrecida y maniatada, se encontrará inerte para defender sus fronteras y sus instituciones.
CONCIUDADANOS: No vaciléis, pues, un momento: tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombres libres y recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no podemos mancillar. Sed como ellos fueron: ´Invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria´.
Sufragio efectivo, no reelección.
San Luis Potosí, Octubre 5 de 1910.
Francisco I Madero"
En pleno Siglo XXI los males que aquejan a nuestra patria son en esencia los mismos. Pero hoy, a diferencia de 1910, convocamos a los hombres y mujeres libres de nuestro país a una rebelión pacífica, a una desobediencia civil encaminada a ejercer todo nuestro poder para lograr que Enrique Peña Nieto no tome protesta o, en su defecto, que si llega al cargo, lo obliguemos a renunciar, para que, según nuestra Constitución, se convoque a elecciones extraordinarias una vez obtenida su renuncia.
Para que esto suceda, el Pueblo debe levantarse, debe abrir el camino del respeto a su voluntad en las urnas. Para ello está obligado a despedir a quienes acudiendo a todo tipo de ilícitos se han hecho del poder. Debemos asumir que lo que no hagamos por nosotros mismos, no lo hará nadie y que ha llegado la hora de hacernos cargo de nuestros destinos.
Y como bien decía Madero, no se trata solamente de destituir al poder ilegítimo, sino de rescatar nuestra Independencia y nuestra Soberanía. De rescatar nuestras riquezas y ponerlas al servicio de nuestro pueblo.
Los lacayos del poder han entregado todo: las telecomunicaciones, el petróleo, la energía eléctrica, el agua, los puertos, los aeropuertos, las carreteras, los ferrocarriles, los bancos, los minerales, los mares, las fronteras, el aire, la tierra y el trabajo de nuestra gente. Han malbaratado la soberanía y puesto en subasta oculta a la Nación.
Han corrompido las instituciones hasta la médula. Han hecho de cada institución de la República un espacio de simulación, de burla, de enriquecimiento al cobijo del poder. Han empobrecido al pueblo y quieren seguirlo empobreciendo. Han envilecido la vida pública y hecho odioso todo lo que tiene que ver con los asuntos públicos de la Nación.
Pero nada les es suficiente, hoy preparan una nueva ofensiva contra nuestro pueblo con sus reformas impertinentes. Quieren liquidar los derechos de los trabajadores bajo el pretexto de hacer una reforma laboral para democratizar los sindicatos y generar más empleo. Mienten, quieren hacer más precario aún el empleo, eliminar los ya de por sí exiguos derechos laborales. Quieren pagar a la gente de 5 a 7 pesos la hora, que no tenga seguridad social, aguinaldo, vacaciones, pensión o jubilación. Quieren con ello desaparecer la seguridad social y culminar la privatización de los servicios de salud. Pretenden crear limosneros laborales que pidan trabajo como si fuera limosna y reciban limosna como si fuera salario, esclavitud brutal que quieren imponer en pleno Siglo XXI.
Pretenden, con el pretexto de la lucha contra el narco, culminar la imposición del Estado de Sitio en México, donde los derechos y garantías constitucionales no existan más y, sean una excepción en los lugares y tiempos que ellos decidan.
Buscan imponer una nueva carga tributaria al pueblo, imponiéndole el IVA a alimentos y medicinas, mientras que un puñado de muy grandes empresarios (30) siguen sin pagar los impuestos que les corresponden, un cálculo moderado es de 500 mil millones de pesos al año. Esto significa que esos 30 grandes empresarios pagarían en 6 años, un presupuesto nacional completo de un año (3.5 billones de pesos), es decir, lo que pagamos 110 millones de mexicanos.
Quieren seguir ahogando la educación pública, negándole el presupuesto a la educación y a las universidades públicas del país, cerrando toda posibilidad de estudio a millones de jóvenes, que hoy alcanzan ya la cifra de 7.5 millones quienes no tienen derecho a una educación universitaria.
Y que decir de los connacionales quienes literalmente se mueren de hambre (40 millones) que ganan un dólar al día y que perviven en el más grande de los sufrimientos.
Como olvidar la tragedia de los millones de mexicanos que han cruzado la frontera, arriesgando la vida en búsqueda de trabajo en los Estados Unidos. Hombres y mujeres en plenitud, que migran a tierras extrañas, donde son perseguidos como criminales por ofrecer su fuerza de trabajo. Millones de mexicanos que aportan al país cuantiosos recursos en dólares, que han impedido el colapso total de nuestra economía y que, no tienen nada, pues carecen de toda prestación, condenados a trabajar hasta el último día de su vida, sufriendo persecución, racismo, exclusión y atropellos sin fin.
El racismo, el clasismo, la sobreexplotación, la discriminación feroz, el crimen, el robo, la rapiña, el odio, la mentira, la simulación, la sevicia, son los signos de nuestro tiempo que, las camarillas del poder han hecho de ellos sus armas cotidianas, incluyendo el engaño y la traición.
Hoy como en 1910, el llamado de Madero es puntual e inaplazable. Hoy la necesidad de democratizar nuestra sociedad y lograr el respeto a la voluntad popular, es imperiosa. Con la diferencia que hoy convocamos a una rebelión popular pacífica que recupere la Independencia y la Soberanía Nacional, democratice al país, rescate a nuestras instituciones, expulse de nuestro territorio toda política neoliberal (capitalismo feroz y rapaz) que ha empobrecido a nuestro pueblo y erradique todo mandato del extranjero, sea este el FMI o el capital transnacional o sus títeres que ni gobiernan, ni administran el país, sino solo se enriquecen al cobijo de la simulación del ejercicio del poder.
Por estas razones convocamos al Pueblo de México a partir de esta fecha a realizar todo tipo de desobediencia civil o rebelión popular pacífica encaminada a lograr la salida de Peña Nieto y la construcción de una real Independencia de nuestra Nación.
CONVOCAMOS
1. A que el martes 24 de septiembre realicemos un "sentón" en todos los accesos de la Cámara de Diputados a partir de las 8 am, en repudio a la reforma laboral y de ahí derivemos diversas acciones para rechazar ésta y todas las reformas impertinentes que se nos quieren imponer en contra de los intereses nacionales.
2. Llamamos a tomar todas las iniciativas de desobediencia civil y rebelión popular pacífica que nos lleven a construir las condiciones para que el 20 de noviembre, partir de las 6 pm, realicemos una acción de desobediencia civil de carácter nacional en la que decidamos no acudir a trabajar, a la escuela, a comprar, a no ver TV, a paralizar todas las actividades, en todo el territorio nacional y mantenernos en nuestras casas todos los días que sean necesarios para que caigan los desgobiernos que rematan a la Nación y en especial lograr que la toma de protesta de Peña Nieto no se materialice o, en su defecto, de lograr su remoción si ésta ocurriera.
3. A realizar asambleas populares a partir del 21 de noviembre a las 6 pm, todos los días que dure la desobediencia civil, para evaluar los alcances de ésta , en las colonias, pueblos y comunidades,informando los alcances de la protesta y las medidas de solidaridad necesarias con vecinos, familiares y amigos.
Esta medida puede requerir un sacrificio de 5, 15, 20, 30 días, pero no hay gobierno que la resista y nos alzaríamos con las renuncias de Calderón y Peña Nieto y, con la apertura del camino pacífico para reconstruir nuestra Patria.
De la misma manera, la desobediencia civil enarbolará como su programa mínimo lo siguiente:
1. Construir una nueva Independencia Nacional, fundada en un estado laico y materializados en una república democrática que contenga instituciones básicas de participación popular tales como: revocación del mandato, referéndum, iniciativa popular, acceso a cargos públicos rompiendo el monopolio de los partidos políticos. Transformación de raíz de nuestro sistema de representación política, de nuestros órganos de impartición de justicia, de nuestro sistema económico y de nuestra sociedad en todos sus ámbitos.
2. Recuperar los bienes nacionales y ponerlos al servicio de nuestro pueblo, tales como: telecomunicaciones, bancos, ferrocarriles, petróleo, electricidad, agua, puertos, aeropuertos, carreteras, minerales, mares, costas, fronteras, playas, tierras, así como consolidar una planta productiva del campo y la ciudad al servicio de nuestro pueblo.
3. Construir un programa mínimo de derechos sociales que tengan como base: alimentación , salud, seguridad social, empleo, educación para todos que sea pública, gratuita, crítica y de excelencia.
4.Crear un salario familiar obligatorio que dé un ingreso base a las familias más pobres del país.
5. Reformar la educación para que sea laica, pública, gratuita, de excelencia y dé a los mexicanos herramientas de análisis crítico y promueva valores de compromiso social y de trabajo colectivo.
6. Legalizar las drogas blandas, regresar al ejército a los cuarteles y combatir al narcotráfico en su centros de poder, dejando de lado simulaciones y complicidades.
7. Crear un contrato colectivo base que incluya no sólo un salario remunerador que devuelva el poder adquisitivo de nuestro pueblo, sino que incluya beneficios superiores a la ley actual.
8. Inversión en Ciencia y Tecnología y a la investigación desarrollando la creatividad y los talentos de nuestro pueblo.
9. Autonomía de Estados y municipios, respeto a las autonomías de pueblos indios y a los acuerdos de san Andrés y, formación del DF como un estado de la República con constitución y cámara locales y derechos plenos a los capitalinos.
10. Convocatoria a un Congreso Constituyente que dé marco a un nuevo pacto social donde los derechos sociales sean considerados derechos humanos inviolables, se garantice la libertad de expresión y se cuente con medios masivos de comunicación serios, objetivos y confiables. De igual manera, se acuerden las bases de un nuevo orden político, económico y social, pleno de justicia y libertades, donde nadie sea perseguido por sus ideas, color de piel, religión o ateísmo, preferencia sexual o apariencia.
Zócalo de la ciudad de México, 15 de septiembre de 2012.
Balfre Vargas, Rosendo Marín, Gerardo Fernández Noroña
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