A partir de ahora se acabaron las simulaciones y eso de que "soy del PRD, pero es un honor estar con Obrador..." pues ya no será ni entendible ni simpático. Los liderazgos tendrán que definirse porque el partido Morena, viene por el mercado electoral del PRD, PT y MC. Y Andrés, un ambicioso estratega electoral, va por todo y todos. No quiere un partidito que le de unos diputadetes y alcaldías, sino uno exitoso que lo lleve a la presidencia de la República.
Lo primero será convencer a los suyos y a sus ex compañeros perredistas, petistas y del MC que con él están los logros, con él los triunfos y erosionar las demás estructuras. Ir al abordaje y dejar sólo el cascarón. La embestida, sobre todo para el PRD, será fuerte. Ésta vendrá por dos vías: la política y la que López Obrador tiene muy bien ensayada, la mediática. Es un maestro construyendo percepciones.
En la preparación de su estructura para crear su partido también se perfeccionó en medios de comunicación, nacionales e internacionales y, sobre todo, en redes sociales. Sus "soldados" en la redes son feroces y eficientes por lo que un tuit suyo tarda minutos en conocerse en todo el país y replicado por otros medios. Ante esto –sobre todo- el PRD está ante un desafío importante: que su mercado electoral no le sea arrebatado por el tabasqueño. Tiene que eficientarse, sobre todo en su comunicación, que durante años ha sido su talón de Aquiles.
Pero lo más importante: Andrés pasó del "incómodo compañero", a contrincante electoral, no lo olviden.
Por Miguel Ángel González Trujillo
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