Durante una entrevista televisada el prelado explicó que monseñor Óscar Armando Campos Contreras, obispo de Tehuantepec, diócesis a la que está adscrito, le ha pedido que deje esa obra porque a su parecer la desarrolla por “protagonismo”.
“El problema es que el obispo, que es buena persona, a lo mejor le falta comprender el momento de crisis que vivimos y entonces él me exige que renuncie a la estructura a como dé lugar”, relató.
El coordinador de la Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado Mexicano, órgano de la Iglesia Católica de apoyo a migrantes, aseveró que está dispuesto a entregar la administración del albergue, pero no pretende abandonar la misión de ayudar a los migrantes.
“Si él me dice: sabes que ese albergue quiero que me lo entregues, yo no voy a pelearle nada y le voy a dar todo, inclusive ante notario se lo doy para que él lo tenga, él está en su derecho de hacerlo”, expuso.
Sin embargo “yo soy responsable de la misión y a lo mejor le entrego el albergue; pero yo, afuera, en algún lugar clave, me iría a carpas. Yo le dejó la administración, pero la misión es intransferible, ésa no se la puedo dejar a nadie”, añadió.
Tras comentar que le preocupa que los migrantes que cruzan territorio mexicano rumbo a Estados Unidos se queden sin ayuda en esta zona, Solalinde Guerra consideró que al obispo de Tehuantepec, en Oaxaca, le falta visión.
“Algunas personas ven que yo hago todo eso para lucirme, para salir en la foto, para ser famoso. La palabra del obispo es protagonista”, refirió.
Sin embargo él consideró que muchos “son incapaces de ver desde la fe la misión de Espíritu Santo, que Jesús me ha encomendado y que estoy tratando de hacer”, externó el también activista.
En noviembre las comisiones de Pastoral de la Movilidad Humana serán restructuradas, como sucede habitualmente cada tres años, por lo cual el sacerdote deberá regresar a alguna parroquia.
Al respecto Solalinde Guerra refirió que si pretenden que se convierta en párroco y celebrar la misa diariamente, como están obligados los sacerdotes católicos en todo el mundo, él no podría seguir con la labor que hace actualmente, lo que no está dispuesto a abandonar.
Tras referir que para él la misión de la Iglesia Católica es llevar y practicar las enseñanzas de Cristo con los sectores que lo necesiten, el sacerdote y activista añadió que “mi tiempo es con los migrantes y con ellos celebro la misa y la Eucaristía cada domingo”.
El albergue de migrantes Hermanos en el Camino fue creado el 27 de febrero de 2007 por Alejandro Solalinde Guerra para ofrecer alimento, posada, apoyo psicológico, médico y jurídico, así como orientación a migrantes de Centro y Sudamérica, Asia y África, que en su mayoría se encuentran en trayectoria hacia Estados Unidos.
Debido a amenazas de muerte que ha recibido, el gobierno federal le ha asignado seguridad personal y el sacerdote debió abandonar el país durante dos meses.
Con Información de NTX.
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