Ante la impugnación que hemos hecho decenas de miles de mexicanos en el IFE y Trife para invalidar la elección presidencial, Pedro Joaquín Coldwell y Enrique Peña Nieto responden con mofa. Dicen que AMLO es “mal perdedor”, “perdedor” a secas, “candidato derrotado”, y que “los que perdimos respiramos por la herida”. Coldwell y Peña Nieto así se expresan de AMLO y también de los que votamos por este candidato.
Si desde la perspectiva de la democracia liberal –donde hay “ganadores y perdedores”, “triunfadores y derrotados”– existimos por lo menos 16 millones de “perdedores y derrotados”, entonces el eslogan “Ganó México” preparado por el PRI, y que fue puesto a la vista de todos en la apresurada conferencia de Peña Nieto el 1 de julio, se ha ido por el caño. Ganadores, perdedores; triunfadores, derrotados; son algunos conceptos ideológicos del neoliberalismo.
Y estos conceptos están implicados en el principio de “competencia”, concepto o categoría que también encontramos hasta en la sopa, por el supuesto de que “nos hace mejores y competitivos”, pero que hemos comprobado que llevado a la práctica tiene funestas e imprevisibles consecuencias.
Si alguien quiere competir, que se inscriba a un maratón y que desahogue ahí sus más primitivos instintos competitivos; pero la competencia no debe llevarse a actividades complejas de la sociedad, contrarios a la convivencia; porque la mayoría de ciudadanos son perjudicados, más si la administración está en manos de corruptos.
Es preferible ser “perdedor y derrotado”, ser “loser” (no se puede ser otra cosa en un régimen corrupto), que estar del lado del “haiga sido como haiga sido”. La burla del PRI contraviene su llamado a la unidad y alcanzará también a los que compró; ya se verá.
Por Antonio Diosdado Hernández
La Jornada Jalisco, Julio 17 de 2012
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