López Obrador, se sorprendió al ver a tanta gente en este malecón para su cierre estatal, en una entidad gobernada por el PRI.
A su llegada pregunta a Cuauhtémoc Pola, dirigente local de Movimiento Ciudadano (MC), si hay más gente que hace seis años. Él mismo contesta: “Claro que hay más gente” y se dirige al templete, ante los ojos satisfechos de los organizadores.Uno de ellos, el ex priista Dante Delgado, senador y líder máximo de Movimiento Ciudadano, quien presume la convocatoria.
En esta entidad que ha registrado el asesinato de periodistas, el tema no pasa de noche. Le preocupa y confiesa a sus colaboradores que es su interés que se aclaren esos crímenes “a fondo”.
Al político tabasqueño, le es obsequiada una rítmica bienvenida con un grupo de son jarocho tradicional, integrado por estudiantes y trabajadores, le canta “El señor presidente” y “Por eso voy el ángel a cruzar”.
Desde la macroplaza del malecón, López Obrador, se declara jarocho; en esta tierra nació su padre, aunque su madre es de Tabasco, entidad donde a sus oriundos se les llama chocos, y se echa a la bolsa a la gente del puerto. “Paisanos” les dice. Aunque no hacía falta.
Y mientras zarpa un buque con bandera de Hamburgo, el candidato recuerda que el último presidente de Veracruz fue Adolfo Ruiz Cortines, un priísta.
Abandona el malecón a metros del famoso café La Parroquia, con una sola idea en la cabeza: darle a esta tierra un nuevo presidente, y dejar a Ruiz Cortines en la historia como el penúltimo mandatario mexicano oriundo del puerto.
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