Se cierra la brecha entre los dos candidatos punteros a la gubernatura de Jalisco y todo parece indicar que la disputa final será solamente entre dos: entre el priísta Aristóteles Sandoval y el ex priísta Enrique Alfaro.
Se quedan muy lejos el panista Fernando Guzmán, el ex panista Fernando Garza y la propanista del Panal, María de los Ángeles Martínez.
Pese al origen común de los dos punteros, y más allá de las personalidades, la disputa electoral real será entonces entre un cambio, a secas, y un cambio verdadero
Aristócrata
Aristóteles Sandoval es un político joven, pero no por ello auténtico y competente. Representa al ancienrégimen, al partido de la represión y sus continuos gobiernos autoritarios, al sistema de gestión corporativa y clientelar que no ha cambiado y que sumió al país en las peores desgracias.
Rodeado de un falso carisma, la principal virtud del candidato priísta –si es que es virtud–, ha sido la suerte.
Ese tipo de suerte que en política pesa solamente por estar en el momento y lugar adecuado. De esta forma, sin grandes capacidades y talento intelectual propio, esa suerte le permitió a Aristóteles llegar a la presidencia municipal de Guadalajara. Lugar al que arribó gracias al hartazgo y el rechazo ciudadano ante los innumerables actos de corrupción de gobiernos municipales panistas.
La gestión de Aristóteles como alcalde fue insípida y salvo la pavimentación de algunas calles y avenidas –a cambio de un gran endeudamiento–, no hubo nada relevante ni trascendente.
El paso de Aristóteles como diputado fue igual de gris. Al cometerse los más grandes abusos a derechos humanos en Jalisco de que se tengan memoria, durante la represión del 28 de mayo del 2004, en la III Cumbre de Jefes de Estado de América Latina y el Caribe, el priísta se dedicó a justificar sin rodeos la represión panista.
Para colmo, hoy el candidato tricolor ha propuesto darle continuidad al frente a uno de los represores de entonces en la Secretaría de Seguridad Pública: a Luis Carlos Nájera. Por eso, ni un voto al PRI.
El antihéroe Ferguzmán
Si hay alguien corresponsable de todos los graves yerros y pifias cometidas por el gobernador Emilio González Márquez, es justamente Fernando Guzmán Pérez Peláez.
Detrás del limosnazo, del proyecto de la presa El Zapotillo, de las Villas Panamericanas, el Macrobús, la violación al Estado laico y la represión contra diversos movimientos, ha estado este gris personaje.Y detrás de él, el Yunque, una perniciosa organización clandestina de ultraderecha que recuerda las peores épocas de la guerra sucia de los setentas.
Recordemos que desde su primera gestión como secretario general de Gobierno se dio la brutal represión en contra de integrantes del Barzón.
Más recientemente desde esa instancia desplegó una campaña contra activistas y defensores de derechos humanos bajo la consideración de ser “agitadores profesionales”.
Como quiera que sea, los gobiernos panistas por fin se van, aunque dejando una estela de impunidad, corrupción y simulación. Por eso, ni un voto al PAN.
¿Garza? Nadie le entra
Una candidatura construida desde arriba no puede convertir a un hombre de derecha en uno de izquierda.
Fernando Garza no es reconocido ni en su casa como un político con ideas y principios de izquierda.
Tampoco es un personaje que se haya distinguido por abanderar causas y luchas ciudadanas contra un sistema del que ha sido parte.
Ni siquiera se le reconoce que haya intentado democratizar al PAN cuando fue dirigente del grupo Zapopan.
El repudio ciudadano al panismo incluye también la administración que Garza encabezó. Y así, nadie le entra.
Única opción
Enrique Alfaro tiene hoy las mejores condiciones para convertirse en gobernador.
Será depositario en su favor de una amplia ola de rechazo popular contra panistas y priístas; de miles de ciudadanos que no quieren más de lo mismo y que no quieren el regreso del PRI.
Sin embargo, Alfaro debe revisar seriamente su imagen como político y los alcances de sus decisiones personales ya que la política es un interjuego continuo de forma y fondo, y no se puede estar interpretando a cada rato cuáles son las cosas buenas que parecen malas y malas que parecen buenas, ya que justamente así empezaron los panistas que pensaron que por su honestidad “innata” todo se les disculpaba.
Dada la delgada frontera entre lo público y privado, en política los proyectos y posiciones personales se convierten inevitablemente en actos del interés público; donde resulta fundamental la congruencia individual con los principios políticos públicos y que da a lo legal legitimidad.
Dicho de otra manera: ¿Cuál sería la diferencia entre un priísta, un panista y el propio Alfaro, si todos realizan negocios, por legales que sean al amparo de la información privilegiada que da el poder?
Enrique Alfaro, con todo y sus defectos, representa la posibilidad de un cambio auténtico; y abre la posibilidad de conformar, ahora sí, un gobierno cercano a la ciudadanía. Por eso, el voto debe ser para Alfaro.
Nueva Constitución
Este jueves 21 de junio desde las nueve de la mañana en la Casa ITESO Clavigero, especialistas debatirán la pertinencia de una nueva Constitución. Participarán académicos, activistas sociales y también integrantes del movimiento #YoSoy132.
Gratitud eterna
Este próximo sábado 23 de junio miles de jaliscienses aún indignados por la mentada del gobernador Emilio González Márquez hace cuatro años, convocan a la “Marcha de la gratitud”, pues por fin se va. La cita es en el Parque Revolución a las 9:30 horas.
Por Jaime Hernández Ortiz, La Jornada Jalisco, Junio 19 de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario