Para honrar nuestra palabra y renovar la vida pública: un nuevo modelo de gobierno, con principios, racionalidad, eficacia, autonomía y dignidad
Principio VII. Para honrar nuestra palabra y renovar la vida pública: un nuevo modelo de gobierno, con principios, racionalidad, eficacia, autonomía y dignidad.
1.-Formaremos un Gobierno con principios, que sea autónomo para tomar decisiones y no cargue con compromisos inconfesables; nuestro gobierno no le deberá cuotas a partidos políticos o grupos de poder. Tendremos un Gobierno que asuma su liderazgo, rinda cuentas y no se robe el dinero público, que defienda sus convicciones y sea capaz de dialogar con todas las fuerzas políticas.
2.-Diseñaremos un Gobierno de coalición, capaz de negociar con las fuerzas políticas y establecer una agenda legislativa común. El Gobernador será el enlace directo con el Congreso para superar el rezago legislativo que tenemos y en los meses de transición plantearemos una agenda legislativa mínima para definir los objetivos y criterios fundamentales del trabajo legislativo.
3.-Implementaremos un Plan de Austeridad que permita reorientar más de 4,000 millones de pesos que actualmente se gastan de manera ineficiente, para destinarlos hacia programas sociales y proyectos estratégicos de infraestructura, cultura y medio ambiente. Acabaremos con las prácticas que fomentan el sobre-ejercicio de recursos, el aumento automático de las partidas con fines discrecionales y el derroche de recursos con metas políticas. Es posible ahorrar recursos y reorientar el gasto de manera racional, reduciendo la discrecionalidad, con presupuestos multianuales y priorizando la regionalización de la inversión.
La política presupuestal debe ser entendida como una herramienta para el desarrollo económico y el combate a la desigualdad, alineando las políticas y objetivos de gobierno; sólo así podremos reorientar el gasto público con una visión de largo plazo.
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