Ayer se reunió Andrés Manuel López
Obrador con el cardenal José Francisco Robles Ortega, quien apenas en febrero
pasado sucedió en el cargo al polémico Juan Sandoval Íñiguez en el arzobispado
de esta capital.
Ambos dirigentes desayunaron durante la
presencia en esta ciudad de López Obrador, previo al foro contra la corrupción
que presidió el candidato de las izquierdas.
Al término de la reunión dijo López
Obrador que “lo que queremos es justicia, no venganza. Confiamos en que la
Iglesia, como institución, respete el proceso electoral, sea imparcial, que no
intervenga. Ellos no van a actuar de manera partidista. Es evidente que se
trata de un cardenal que tiene mucha integridad y que yo respeto mucho”, dijo,
lo que agradó a muchos de sus seguidores presentes
La ocasión resultó significativa dado
que el ex cardenal, ahora honorifico, Sandoval Iñiguez, ha estado insistiendo
en alterar la estructura de las relaciones del estado con las iglesias.
Tan sólo aquí con el gobernador Emilio
González Márquez ha estado dando limosnas a cargo del erario público.
Incluso posteriormente se reveló que Sandoval
Íñiguez pidió ayuda al gobierno de Estados Unidos para frenar el avance del
perredista, según un cable de Wikileaks difundido por la Jornada el pasado 22 de julio pasado.
Ante esa revelación el gobierno del
estado desplegó una campaña mediática en su apoyo y le organizó un festejo
donde se desairó al prelado ya que se esperaban diez mil personas y sólo
asistieron trescientos.
El desayuno con el nuevo obispo, que ya
se desmarcó de Sandoval Iñiguez causó buena impresión entre los católicos de
izquierda y derecha.
Para el 8 de mayo se tiene contemplada
una reunión con miembros de la comunidad Luz del Mundo en la ciudad de México,
una asociación religiosa que ha pugnado por el respeto al estado laico y porque
no se reforme el artículo 24 constitucional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario