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martes, 21 de febrero de 2012

Muchos creen que las encuestas son sinónimos de la realidad



Javier Flores, señala en un artículo el día de hoy, “Los intelectuales y las encuestas”, en la Jornada, que parece increíble el valor que algunos intelectuales asignan a las encuestas sobre las preferencias de los electores hacia los precandidatos a la Presidencia de la República, pues los resultados que arrojan diversos instrumentos son tomados al pie de la letra para la elaboración de sus análisis en los diferentes medios de comunicación.

Dicha actitud dice Flores, “es algo muy parecido a la actitud de las sectas religiosas respecto de los libros sagrados, sólo que aquí se trata de los números recabados, ordenados, analizados y publicados por algunas empresas especializadas, ya que los datos de las empresas encuestadoras se han convertido para ellos en sinónimo de la realidad.”

Dice Flores que las encuestas: a) difunden entre los electores hechos no necesariamente ciertos, que son amplificados por algunos líderes de opinión y b) son inductoras de conductas electorales.

Al respecto señala que el reconocimiento de las encuestas como inductoras del voto puede ilustrarse con la discusión que recientemente ha cobrado fuerza acerca del voto útil. “La supuesta lucha por el segundo lugar en las preferencias electorales entre Josefina Vázquez Mota (JVM), candidata del Partido Acción Nacional, y Andrés Manuel López Obrador (AMLO), candidato de las izquierdas, lleva a una suposición interesante –e interesada–: quien adquiera la ventaja en esa franja de las encuestas atraerá a la población que aún no ha decidido su voto, e incluso a quienes ven hundirse a su candidato en el tercer lugar. La construcción de este escenario ya está en marcha. Según Mitofsky, de septiembre de 2011 (cuando ambos aspirantes se encontraban empatados en 17 puntos), a febrero de 2012, JVM subió siete puntos, mientras AMLO sólo aumentó un punto. La tendencia de crecimiento de la primera, aunque lenta, es sostenida desde mayo del año pasado, mientras el segundo no crece y se mantiene constante desde marzo de 2011”.

“El binomio que se ha creado entre estos intelectuales y las encuestadoras es sorprendente, pues unos se apoyan en los otros. Hoy se encuentran amalgamados. Pronto escucharemos las expresiones surgidas de este círculo vicioso: Los resultados de las encuestas coinciden con los análisis de los especialistas”.

Dice Flores que “es muy fácil encontrar huecos importantes. El primero es el supuesto carácter aleatorio de la muestra y otro aspecto es el factor humano”, donde se involucran fobias y filias, que hacen dudar en quienes elaboran los resultados.

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