Twittear
En 'Once Upon a Secret: My Affair with President John F. Kennedy and Its Aftermath' (‘Érase una vez mi secreto. Mi affair John F. Kennedy y sus secuelas), Mimi Alford, de 69 años y ex administradora de una iglesia en Nueva York, cuenta cómo hace 50 años perdió la virginidad en el dormitorio del entonces presidente de EEUU y su mujer, Jackie, y comenzó un fogoso romance de 18 meses”, dice El Mundo de España.
En 1962 ella entró a hacer prácticas de verano como becaria de la oficina de prensa de la Casa Blanca.
Según cuenta la mujer, Kennedy llegó a pedirle mantener relaciones sexuales con uno de sus asesores delante de él.
Mimi Alford cuenta que, durante la 'crisis de los misiles' en 1962, uno de los puntos más críticos de la Guerra Fría entre EEUU y la URSS, el presidente le dijo: "Prefiero a mis hijos comunistas que muertos".
El romance comenzó cuatro meses después de que ella llegara a la Casa Blanca a trabajar, cuando recibió una invitación para utilizar la piscina de la residencia presidencial. Ahí la conquistó Kennedy que tenía 45 años y nadaba a diario.
“Su relato”, dice El Mundo, “no ahorra en detalles de cómo fue conducida al dormitorio, cómo le desabrochó su blusa o cómo le quitó la ropa interior. Incluso cuenta que él se dejó, aquella primera vez, la camisa puesta cuando se acostaron. ‘Lo has hecho antes?’, le preguntó él. ‘No’, contestó ella. – ‘¿Estás bien?’. –‘Sí’…”
La ex becaria dice: "El hecho de que me deseara el hombre más famoso y poderoso de América solo aumentó mi sensación de que cualquier resistencia no era una opción. Por eso es por lo que no le dije que no al presidente. Es la mejor respuesta que puedo ofrecer".
Solo una vez hicieron el amor en el dormitorio del matrimonio Kennedy.
La mujer dice que Kennedy fue un “amante que en el sexo era "variado y divertido", con el que incluso compartió una “bañera con patitos de plástico a los que el presidente ponía nombres de su familia e inventaba historias. Le enseñó a hacer huevos revueltos y escuchaban juntos a Tony Bennett y Frank Sinatra”.
Pero siempre hubo distancias insalvables: "Nunca nos besamos. El abismo que había entre ambos, en edad, poder y experiencia, garantizaba que nuestro affair nunca se convertiría en algo más serio".
Hubo malos momentos al lado de Kennedy, como “una noche en que éste le dio a oler 'popper', una droga que se usa con fines sexuales. ‘Me dio miedo y me fui llorando a mi habitación’…
O como cuando Kennedy se le acercó a la becaria y le susurró que su asesor Dave Powers andaba "algo tenso". Ella entendió: "Era una llamada, un desafío para que le hiciera sexo oral a Dave Powers. No creo que él pensara que iba a hacerlo, pero me avergüenza reconocer que lo hice... mientras el presidente nos miraba en silencio".
Pero ella no quiso hacer lo mismo con su hermano Ted Kennedy.
Hubo también una falsa alarma de embarazo. Para un aborto que ya no fue necesario, Kennedy ya lo tenía todo preparado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario