Sergio Martínez tiene una pelea el 17 de marzo en el Madison Square Garden. No es por un título avalado por una de las grandes organizaciones. Tampoco contra un rival de alto calibre. El rival del peso mediano argentino se llama Matthew Macklin, un británico-irlandés. Al cumplir los 37 años el martes, Martínez tiene el apuro de vérselas con otro, uno que tiene un nombre cargado de abolengo boxístico: Julio César Chávez hijo.
”Hay algo que está claro: Chavez no quiere pelear conmigo”, dijo Martínez en una entrevista telefónica con The Associated Press. “Su promotor no quiere que peleé conmigo, ni su entrenador lo quiere. Se puede ver que es un combate en el que yo que saco ventaja. Claro que no hay peleas cómodas, pero debo ganar con claridad”.
En esto llega el lamento y frustración del argentino frente a la realidad que conspira en contra de una pelea con el mexicano. Apunta a factores ajenos al ring, al sostener que se le da más prioridad a la venta de boletos que la calidad de una pelea.
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