México nunca será colonia ni protectorado de ningún país extranjero y el nuevo gobierno establecerá una relación de respeto mutuo y de colaboración para el desarrollo nacional con los Estados Unidos de Norteamérica, manifestó Andrés Manuel López Obrador. En 10 puntos fijó su propuesta en materia de política exterior, en caso de favorecerle el sufragio popular en la elección presidencial del próximo 1 de julio.
Por tratarse de un añejo reclamo, hizo el compromiso de que “en el primer mes del próximo gobierno se resolverá el pago íntegro y en una sola exhibición a todos los ex braceros”. Ante un nutrido grupo de ex braceros, sus familiares y representantes, que previamente le hicieron entrega de un conjunto de demandas, el precandidato presidencial del PRD, PT y Movimiento Ciudadano explicó que el pago único corresponde a “un acto de justicia indiscutible”.
Durante su participación en el foro de Mexicanos en el extranjero y política exterior, expresó que aplicará una política exterior con estricto apego a los principios establecidos en nuestra Constitución. Ante los ex gobernadores Arturo Romo, Ricardo Monreal y Amalia García delineó los criterios y acciones que tomará su administración.
Como primer punto señaló: “Se propone serenar al país mediante la justicia, el combate a la corrupción y a la impunidad para recuperar y exaltar la imagen de México en el mundo”. Hizo el compromiso de que “mantendremos una relación de respeto con todos los pueblos y gobiernos del mundo. Aplicaremos el principio de que ningún Estado debe intervenir en asuntos de otro Estado”.
En respuesta a una serie de propuestas que formularon internacionalistas y especialistas en política exterior, dijo: “Vamos a diversificar nuestras relaciones con otros pueblos y naciones. A México le conviene acercarse más a países como China, Rusia, Sudáfrica, Brasil, India, a la región Asia-Pacífico. Esta relación nos ofrece la posibilidad de fortalecer, no sólo los vínculos económicos y comerciales, sino auspiciar un orden internacional construido entre todos, en el que la globalización no quiera decir hegemonía”.
El cuarto punto también cobró relevancia a las posturas que fijaron en sus respectivas intervenciones los especialistas Luis Linares, Susana Chacón, Jorge Eduardo Navarrete, Alfonso de María y Campos, Loretta Ortiz, Carmen Moreno y Porfirio Muñoz Ledo. “Participaremos activamente en organismos internacionales multilaterales.
En un mundo globalizado es imprescindible estar atentos y contribuir en la solución de los grandes problemas de la humanidad, como la extrema pobreza, la migración, el calentamiento global, la discriminación, los derechos humanos, las epidemias, la seguridad colectiva, el armamentismo y la guerra”.
Ante legisladores federales y locales, así como dirigentes de ex braceros, López Obrador expuso en el quinto y sexto puntos que “vamos a recuperar la pertenencia de México a la América Latina y el Caribe, es como decía José Martí: Nuestra América.
La relación con Estados Unidos será equilibrada, de cooperación, de beneficios mutuos y respetuosa de las soberanías”. En ese contexto “propondremos al gobierno de Estados Unidos la firma de un acuerdo específico para la aplicación de un programa orientado a reactivar la economía y a crear empleos en nuestro país, en el entendido que solo así vamos a poder enfrentar el flagelo de la violencia y solo así vamos a poder atemperar el fenómeno migratorio”, informó al abordar el séptimo punto.
El siguiente apartado se refiere a los trabajadores migratorios. Informo que “dedicaremos todo nuestro esfuerzo y capacidad diplomática para lograr la regularización migratoria de los mexicanos radicados que viven y trabajan en los Estados Unidos. Vamos a insistir en una reforma migratoria, lo hemos venido diciendo tanto en México como en Estados Unidos”. Destacó al respecto que “hay un compromiso del presidente Barack Obama que entendemos por razones electorales, también por la oposición de la derecha estadounidense se ha venido posponiendo, pero no podemos dejar de recordar que el presidente Obama en su campaña se comprometió a que iba a haber una reforma migratoria en beneficio de los mexicanos que trabajan en los Estados Unidos.
Vamos a seguir insistiendo sobre este tema, vamos creo yo a tener que atender este asunto, posiblemente con el mismo presidente Obama o quien resulte de las elecciones de Estados Unidos”. En el penúltimo punto puntualizó que la embajada y los todos los consulados de México en Estados Unidos “tendrán como función básica la defensa de los derechos humanos y laborales de los migrantes. De igual forma, se brindará atención especial a la frontera sur, con miras a desterrar el maltrato y la violación de los derechos humanos de emigrantes centroamericanos”.
Luego, en último tema, sostuvo que el “gobierno de México, en materia de política exterior, actuará con mesura y respeto, sin asumir posiciones protagónicas, sin apariencias. La extravagancia no conduce a nada bueno. Pero también debe quedar claro que defenderemos con seriedad y firmeza nuestra soberanía y nuestra independencia. México nunca será colonia ni protectorado de ningún país extranjero”.
Como antecedente citó que “la política exterior en nuestro gobierno, de nuestro gobierno porque vamos a ganar la Presidencia de la República, estará fundada en valores históricos de independencia y libertad, en la igualdad soberana entre los estados, la no intervención, la solución pacifica de las controversias entre naciones y en la solidaridad y cooperación entre pueblos y países”. Por compartir una frontera común, explicó que la relación con Estados Unidos, “como todos sabemos, por cuestiones de geopolítica, México tiene una situación especial. Somos vecinos de la mayor potencia económica, política y militar del planeta. No sólo nos unen tres mil kilómetros de frontera, sino que viven en ese país de 20 a 30 millones de mexicanos.
Por eso, debemos utilizar todos nuestros buenos oficios para construir, a partir de nuestra realidad, una política de buena vecindad y de mutuo beneficio. Sería irresponsable no procurar con el gobierno de Estados Unidos una relación de colaboración, basada en el respeto y en la cooperación para el desarrollo, la paz y la tranquilidad de nuestros pueblos”.
Por esa razón, se propondrá en su momento, al gobierno de Estados Unidos un cambio sustancial en la relación bilateral. “Vamos a convencer y persuadir a las autoridades de Estados Unidos de que por el bien de las dos naciones, es más eficaz y más humano, aplicar una política de cooperación para el desarrollo que insistir, como sucede actualmente, en dar prioridad a la cooperación policiaca y militar”, ofreció. Hizo énfasis en que los problemas de índole económico y social en el territorio nacional no se resolverán con medidas coercitivas.
Y añadió: Lo decimos con mucho respeto: no es con asistencia militar o con labores de inteligencia ni con envíos de helicópteros y armas, como se remediará el problema de la inseguridad y de la violencia en nuestro país. Tampoco se detendrá el flujo migratorio construyendo muros, haciendo razias, deportando a nuestros paisanos o militarizando la frontera. Los mexicanos, que para nosotros son como héroes, que van a buscarse la vida a los Estados Unidos, lo hacen por necesidad, no por gusto. Lo arriesgan todo para tener un trabajo y mitigar su hambre y su pobreza y por eso merecen respeto.
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