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"El Monumento a la Corrupción", La Estela de Corrupción", "La Estela de Pus", etc. Todos estos nombres se han dado a la obra más significativa del sexenio de Felipe Calderón y que como sabemos, uno de estos nombres prevalecerá entre los mexicanos, menos el nombre con el que ha sido inaugurada el día de ayer.
Su costo, más de mil millones de pesos o cien millones de dólares. Su utilización, cero pesos, cero dólares. Su representación, corrupción, fregaderas, tomada de pelo a los cuidadanos de un país pobre, ensangrentado por la mala política de gobierno y en crisis económica.
Todos nos podemos dar una idea de lo que se puede hacer en obra pública con mil millones de pesos, simplemente echarle asfalto a una parte de las calles del país sería más productivo. Con esta cantidad, se pudiera mejorar por lo menos un millón de kilómetros de calles.
Esta obra no es solamente un monumento a la ineptitud y vileza del gobierno de Calderón gastando dinero superfluamente, sino lo que se han llevado los corruptos que hicieron la obra, por lo menos el 30 por ciento del costo de la obra en pago de administración, más el incremento al contrato de obra alzada que pudiera ser de 20 por ciento más, sobre el costo total.
Así que, no nada más se gastaron a lo idiota tanto dinero, sino que entregaron una obra que pudo haber costado 500 millones de pesos. Y se repartieron entre los traficantes de influencias de este país y los políticos otros 500 millones de pesos.
Todo lo demás que se escriba y diga sobre este robo al ciudadano que paga impuestos sale sobrando, esta es la neta. Bola de rateros.
Josefina Vázquez Mota (Cordero no va a ser) representa esto y cosas peores. Si alguno dijo al final del sexenio de Fox que no pudiera venir otro presidente mas inepto, corrupto y tonto que él, se equivocaron, vino otro peor, más inepto, más corrupto y más vanidoso. Bueno, pues la tercera puede ser aún peor, en superlativo.
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