De un blog de El País editado por Tatiana Escobar Casares tomo esto:
“Por más que el sexo sea aún más antiguo que la reunión en torno al fuego primigenio de los ancestros del ser humano, la civilización se encargó de atrincherarlo y ocultarlo en la más estricta intimidad de quienes lo practican, creando leyes, normas sociales, dogmas religiosos, convenciones morales y tabúes, en un deliberado intento por controlar ese acto intrínseco a la especie en el que, por principio, se pierden, como quien dice, los papeles.
“Con ese legado de puritanismo a cuestas y perdiendo los papeles porque nos lo pide el cuerpo, generaciones enteras de amantes han asimilado los gajes del oficio aprendiendo los unos de los otros en el intercambio de los cuerpos desnudos y en los escasos lugares donde el sexo habita como una práctica normalizada de la que puede hablarse sin rubor, desde los burdeles y las tabernas hasta las conversaciones de mujeres y las visitas al doctor.
“Lo cierto es que es un aprendizaje exigente, que se prolonga con cada nuevo cuerpo y cada nueva cultura que descubrimos, así como con los cambios que experimenta nuestra propia sexualidad con el paso de los años. Ya lo decía en un verso el poeta Antonio Cisneros: “Es difícil hacer el amor, pero se aprende”.
“Una de las grandes enseñanzas de la sexualidad positiva se resume en la expresión inglesa “Don’t yuck my yum” cuya traducción al español me trae de cabeza desde hace años, porque “No le hagas asco a mi banquete” me suena más gongorino que carolqueenesco (y perdón por el adjetivo que me acabo de sacar de la chistera: ¡Sugerencias, amigos, sugerencias, que la traducción, como el sexo, es un conocimiento colectivo!).
“En esa búsqueda incesante de respuestas, no es de extrañar que, tras la popularización de la World Wide Web dinámica a mediados de los noventa —cuando usábamos módems y aquello se llamaba el Word Wide Wait— “sexo” sea la palabra más buscadas de Internet.
“Muchas victorias se han ganado desde la abolición de la ley inglesa que castigaba con pena de muerte a los condenados por practicar sexo anal, instaurada durante el reinado de Enrique VIII y vigente hasta bien entrado el siglo XIX. Pero no hace falta sumergirse en la historia de los actos carnales para saber que el sexo ha tardado demasiado tiempo en salir del dormitorio y que su normalización sigue siendo hoy en día una lucha en la primera línea de batalla”.
No me explico por que sera que estos espacios diferentes al político no causan encono ni nadie le puso una notita, sera que¿esto no les interesa? a mi por lo pronto y desde siempre si a mi me gusto simpre que e le quitara lo prohivido y lo oculto me hubiera gustado tener la faculdad de hacerlo al natural como los perros o cualquier animal, por que ocultarlo y prohivirlo es el acto más placentero que podemos darnos los hummanos y lo hacemos oculto como algo vergonzoso, cuando es todo lo contrario es hermoso debe uno cantar y contar satisfecho hice el amor, a griots plenos, ame me amron.
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