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Y ni así es, seguramente, el gato más rico del mundo.
No creo que lo sea, a pesar de haber heredado una fortuna valuada en 10 millones de euros en propiedades por toda Italia.
¿Quién lo heredó? Su dueña, una mujer que falleció a los 94 años de edad, viuda de un magnate y sin hijos
A los buenos gatos suele irles muy bien si son cariñosos con sus amos.
Por eso en la política y en los negocios los subordinados son tan disciplinados y agachones con relación a sus jefes: para que se les recompense la lealtad.
Y es que no hay mejor negocio que ser gato de alguien con poder o con dinero.
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