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Andrés Manuel López Obrador aseguró que no quiere la violencia, y que el plantón de Reforma y del Zócalo, tras la crisis poselectoral de 2006, se hizo precisamente para evitarla e impedir la muerte de mexicanos.
“Nos costó mucho (esa decisión), nos han cuestionado mucho por eso, pero hay que decir (a quienes aún tienen dudas sobre él) que si no hubiésemos tomado esa decisión hubiese habido muertos, y que nosotros sinceramente queremos el cambio por la vía pacífica, no queremos la violencia”, resaltó el precandidato presidencial de la izquierda en su mensaje semanal en tiempos oficiales del Partido del Trabajo (PT).
“Hay que decir a la gente que duda, o a quienes han sido engañados, desafortunadamente manipulados desde 2006 con eso de que yo era un peligro para México, de que yo era (Hugo) Chávez (presidente de que Venezuela), de que íbamos a expropiar bienes.
“Yo no odio. Yo lo que quiero es la transformación con la participación de todos: queremos la reconciliación de los mexicanos para salvar al país. Todo lo que estoy planteando acerca de la República amorosa es sincero, no es de coyuntura electoral, no es por circunstancia, siempre he actuado de esa manera. No odio a nadie, yo quiero a todos los seres humanos”, manifestó como posdata en su mensaje. También defendió que en su movimiento hay gente sincera. “Yo no miento, no traiciono, no robo; así somos y queremos realmente la transformación del país”.
Dijo –refiriéndose a las elecciones presidenciales del año entrante– que “es una oportunidad extraordinaria la que se nos está presentando, que no por la desinformación o por la manipulación se caiga más en lo mismo, lo cual sería realmente desastroso para nuestro país”.
López Obrador agradeció que por medio de las redes sociales se estén aclarando “sobre todo mentiras, infamias, cuestionamientos sin fundamento. Todo eso está muy bien para que no demos ninguna oportunidad a que se siembren dudas, calumnias, para que podamos contrarrestar toda la campaña sucia, la campaña de desinformación”, aseguró.
Tras las elecciones presidenciales de julio de 2006, López Obrador, entonces candidato presidencial de la coalición Por el bien de todos, inició una resistencia civil contra el fraude electoral en su contra y como parte de ello convocó a instalar un plantón permanente en el Zócalo, la calle Madero y la avenida Reforma, hasta el cruce con Periférico, en la ciudad de México, en demanda del recuento voto por voto, casilla por casilla.
Entonces propuso permanecer ahí hasta que “tengamos un presidente electo con la legalidad mínima que nos merecemos los mexicanos”, y exigiendo al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación “limpiar la elección” que dio el triunfo a Felipe Calderón Hinojosa.
Afirmó que la culpa de que se iniciara la resistencia civil y el plantón en el Zócalo “la tienen quienes hicieron el fraude y se niegan al recuento de los votos”. Casi tres meses duró el plantón, que comenzó en julio y concluyó en septiembre de aquel año.
La Jornada, Diciembre 20 de 2011
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